DONOSTIA. El letrado defensor, Miguel Castells, ha dicho por el contrario que se han abierto "infinitas" posibilidades sobre la causa del fallecimiento del menor y que todas ellas apuntan a la "autolesión", ya sea el suicidio o la muerte accidental, por lo que ha ampliado el número de hipótesis sobre las que había planteado inicialmente.
Las partes han presentado hoy sus informes en la última sesión de la vista oral de este caso, celebrada en la Audiencia de Gipuzkoa, donde el próximo lunes el tribunal del jurado recibirá el objeto del veredicto para determinar si el padre de Julen S.L., que se enfrenta a peticiones de 18 y 20 años de cárcel, es o no el autor de la muerte de su hijo.
Ésta ocurrió el 1 de diciembre de 2001 en un piso que el matrimonio había alquilado un año atrás en el barrio donostiarra del Antiguo, pero en el que ya no vivían porque la pareja estaba en trámites de divorcio.
Para el fiscal, Jorge Bermúdez, y la acusación particular, que ejerce el abogado Iñigo Iruin en nombre de la madre de la víctima, el imputado mató al adolescente al clavarle un cuchillo en el pecho, con el fin de ocasionar un daño a su mujer, que había decidido no dar "marcha atrás" en una ruptura que él no deseaba, lo que le producía "frustración e ira", según palabras del primero.
"Quiere que la madre sufra. No es nada extraño en este país. De hecho hemos acuñado una categoría para ello: niños víctimas de violencia de género", ha subrayado Bermúdez.
Las acusaciones han destacado que las personas del entorno de Julen que han testificado han afirmado que era un chaval "alegre" y "feliz", al que la separación de sus padres no le había afectado tanto como para llegar al "cataclismo emocional" y con ello al suicidio, una causa de la muerte que han rechazado de plano y posible para algunos forenses.
Han descartado igualmente la de la muerte accidental que también barajan otros peritos, ya que consideran imposible, frente a lo que ha sostenido la defensa, que Julen se clavara el cuchillo cuando intentaba forzar una hucha subido en una banqueta en el que había sido el dormitorio de sus padres, tesis que también es inviable para el forense Francisco Etxeberria, que declaró a instancias de Iruin.
Castells ve factible que durante el accidente la hucha saliera despedida al interior de un armario, donde fue encontrada, algo que no consideran plausible las acusaciones, quienes hoy han dado a una bolsa de chucherías que apareció en la escena del suceso una relevancia que no le habían concedido hasta ahora.
"Es una prueba que hemos tenido delante de las narices todo el tiempo, estaba allí manchada de sangre", ha afirmado el fiscal sobre esta bolsa de "chuches" que se halló en la escena del suceso, sobre la que Iruin ha señalado que fue "el último objeto que tocó Julen" y que se le cayó de la mano cuando recibió la cuchillada.
"Esa bolsa habla por sí misma y ha estado ahí en segundo plano. La conclusión es que la herida no se la produjo él. Nadie se suicida con una bolsa de 'chuches' en la mano. No pudo haber suicidio ni accidente. Fue un tercero, su padre, el que le clavó el cuchillo", ha recalcado.
Este nuevo aspecto se añade a un relato en el que las acusaciones presentan al procesado como un hombre obsesionado por evitar la ruptura, que utilizó a Julen como "intermediario" con la madre y que, tras autolesiornarse dos semanas antes de los hechos para llamar la atención, acabó con la vida de su hijo -el mayor de cuatro hermanos- para hacer daño a su esposa.
No dan credibilidad tampoco a las razones argüidas por el procesado para justificar haber estado desaparecido siete días tras supuestamente ver morir a su hijo, al que tampoco prestó auxilio.
Castells sí ha defendido el comportamiento "errático" de su representado porque éste se encontraba en "estado de shock", al igual que ha justificado los "errores" e "imprecisiones" de su declaración en el junio porque "un suceso traumático afecta a la memoria", y más cuando ocurrió hace cinco años y medio.
"Sobre un mismo hecho se pueden hacer multitud de versiones contrarias, pero no una certeza jurídica. No basta con que sea lógico o sea la hipótesis más probable para darla por cierta", ha indicado Castells, quien ha dicho al jurado que, "en caso de duda, hay que absolver", y que las acusaciones no han aportado "ninguna prueba", sino "refutaciones" a las posibilidades que él ha dejado "caer".