DONOSTIA. El jefe del servicio de patología forense del Instituto Vasco de Meicina Legal, Luis Miguel Querejeta, ha afirmado que "no hay evidencias" de homicidio en la muerte de Julen, de 13 años, que apareció muerto en un piso del barrio de Ondarreta de Donostia como consecuencia de una herida de arma blanca en el pecho en diciembre de 2011.
Los médicos forenses han declarado en la quinta jornada del juicio con jurado que se desarrolla en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa contra el padre de Julen, acusado de homicidio, para el que el ministerio fiscal y la acusación particular reclama entre 18 y 20 años de prisión.
Querejeta ha considerado que, "a día de hoy" la hipótesis "más probable" es la accidental, es decir, que Julen haya fallecido como consecuencia de clavarse un cuchillo en el pecho cuando intentaba abrir con él una hucha, sin descartar tampoco, el suicidio.
Para el forense, "no es probable", aunque tampoco "excluyente", que el padre del menor le clavara el cuchillo como defienden la acusación particular y el ministerio fiscal, ya que no se advierte "movimiento instintivo de defensa" en el cuerpo de Julen, que "tenía capacidad" de moverse pese a la herida, ni "tampoco un movimiento de torsión".
Además, ha explicado que la herida que presentaba Julen era "plana y limpia", y su trayectoria "de izquierda a derecha", con dos centímetros de grosor, y ha apuntado que, si hubiera habido movimiento de defensa del joven o de torsión, se habría ensanchado.