GASTEIZ - ¿Qué está engordando a nuestros niños?

-Cosas como darles zumos envasados, bocadillos con pan de molde en lugar de pan... Esas marranadas de las máquinas expendedoras. También hay que revisar los menús escolares que, en general, están sobrecargados de carbohidratos. Por ejemplo ese menú típico de spaguettis y sanjacobo. ¡Puaf! Y de postre algún yogur de esos malísimos de sabores.

Si comen un sandwich de jamón y queso. ¿Qué tal?

-Pues mal. Primero por el pan de molde, luego por un jamón envasado lleno de féculas y cosas raras y también por el tranchette que no es precisamente queso natural. Todo lleno de saborizantes, aditivos y leche en polvo que está por todas partes.

La fruta y verdura brillan por su ausencia.

-Claro. Les cuesta. Por eso acaban con el zumo de brick en lugar de tomar un plátano o una manzana.

Los niños tienen que tomar agua.

-Agua por supuesto. Pero no pasa nada por tomar un zumo de fruta natural. A lo mejor en el desayuno, puedes meter en una batidora dos o tres piezas de fruta como el puré que se les da a los seis meses y que, sin embargo, luego se abandona. Es más fácil que desayunen ese batido de frutas y eso que se llevan puesto. Otra cosa que no me gusta nada son los cereales envasados, esas marcas que se anuncian y que son un horror. Cualquier cereal fácil de comer suele estar lleno de azúcar, no tiene nutrientes, no tiene fibra. Desayunar un zumo envasado y unos cereales de caja es un subidón de azúcar, con el correspondiente bajón a media mañana.

Pues a tomar todo ecológico.

-Pero es que hasta los productos orgánicos y ecológicos tienen su aquel. He encontrado unas ciruelas pasas a granel que están conservadas en aceite de girasol. Hasta un zumo bio tiene siritol y cosas de esas.

Tampoco se recomienda que un niño sea vegetariano o vegano.

-Es que la proteína, carne, pescado, pollo, huevos... tiene que formar parte de la dieta de un niño. El tema vegetariano es absurdo para un chaval que está creciendo. Los niños tienen mucha necesidad de grasas pero grasas buenas, aceite de oliva, mantequilla natural... Porque ellos no necesitan ningún suplemento alimenticio, todo lo tiene que aportar la dieta.

Un niño con sobrepeso tiene todas las papeletas para ser un adulto obeso ¿verdad?

-Eso seguro. Porque si adquiere de pequeño malas pautas alimenticias las va a mantener. La fruta, o te gusta de pequeño o de mayor difícilmente te va a enganchar. Porque son sabores y texturas diferentes. Y eso que Euskadi es una de las zonas donde mejor se come, con mucho pescado, mucha verdura... Y también donde hay bastante cultura del deporte.

¿Y qué me dice del aceite de palma?

-Es que los ganchitos, los gusanitos, esas porquerías que les encantan están llenas de aceite de palma. Y ¿lo de las patatas fritas? Son un espanto.

Ahora hay más niños con nunca con intolerancias alimentarias, al glutén, a la lactosa... ¿Por qué?

-Es que todos los productos están tan procesados, y tienen tal cantidad de conservantes, de aditivos, que al final eso afecta al organismo. Hay patatas fritas extra crujientes que tienen hasta leche en polvo. Y estás tomando un lácteo cuando no quieres tomarlo. Así todo, las salsas, por ejemplo. O los embutidos, llenos de féculas y sustancias extrañas. Y yo no le echaría la culpa al tema de las vacunas, como atribuyen algunos. Más bien creo que la industria está tan absolutamente pervertida, en cuanto a lo que utiliza, que provoca este tipo de reacciones.