Madrid/Donostia - Dos agentes del Grupo de Atención al Ciudadano de la Policía Nacional, libres de servicio, detuvieron ayer por la mañana en Madrid al presunto autor el pasado 2 de mayo del doble asesinato en Alcobendas de su pareja, Rakel López, una eibartarra de 44 años, y de su hijo Markel, de 12 años.

Según informaron fuentes de la investigación, el arrestado es la expareja de la mujer, un hombre de origen marroquí que había sido identificado tras el suceso y que cuenta con antecedentes penales, aunque no por maltrato. El hombre se encontraba huído desde hace casi un mes, cuando se produjo el terrible suceso.

Los agentes, un hombre y una mujer, arrestaron al hombre en el barrio madrileño de Tetuán al haberle identificado mientras caminaban por la zona. Se trata de Mouniz Ayad, un hombre de 37 años que ya había sido identificado por la Policía, que desde el mismo día del suceso estaba siendo buscado por su presunta participación en el doble asesinato.

El suceso tuvo lugar en una vivienda del número 12 de la calle Dos de Mayo de ese municipio madrileño y fue un familiar -supuestamente una prima al que el propio homicida alertó de lo sucedido- llamó sobre las 10.30 horas de ese día al 112 para avisar de lo sucedido en el interior del piso.

Hasta allí se dirigió la Policía Nacional y los servicios médicos de la Comunidad de Madrid (Summa), cuyos sanitarios sólo pudieron confirmar el fallecimiento de madre e hijo, que presentaban varias heridas de arma blanca y habían perdido mucha sangre. A las autoridades policiales no les constaba que hubiese dictada ninguna orden de alejamiento ni que la mujer hubiese denunciado previamente a su pareja. Eso sí, el detenido contaba con antecedentes por violencia e, incluso, por homicidio en grado de tentativa.

Tanto la mujer como el niño, que no era hijo del presunto homicida, tenían nacionalidad española. Concretamente, Rakel era oriunda de Eibar. De hecho, tras conocerse la noticia de su fallecimiento, el municipio de Debabarrena decretó tres días de luto.

Rakel residió con su familia en el barrio de San Kristobal, donde los vecinos la recordaban de pequeña y durante su adolescencia, ya que, al parecer, cumplida la mayoría de edad se marchó. Al menos una de sus hermanas y su madre siguen residiendo en el municipio armero. Rakel residió en Alicante y en Bilbao, entre otros municipios, antes de recalar en Madrid, donde trabajaba de camarera en un bar de San Sebastián de los Reyes. Al parecer, el presunto homicida no pasaba mucho tiempo en el domicilio familiar, ya que por razones laborales viajaba a menudo a Francia. - DNA/Efe