DONOSTIA. Este joven, aquejado de un trastorno bipolar y que se encuentra internado en un centro psiquiátrico desde que fue detenido, se enfrenta a una petición de nueve años de condena que reclaman tanto la fiscal como el abogado de la acusación particular, quienes le imputan cuatro delitos de maltrato, otro de vejaciones y uno más de detención ilegal.
El testimonio de la víctima ha centrado hoy la primera sesión de la vista oral que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, donde esta joven ha relatado el calvario que pasó a partir de 2015 cuando, transcurrido un año de relación con el procesado, éste comenzó a volverse celoso y presuntamente empezó a insultarla y golpearle, además de impedirle relacionarse y obligarle a borrar todos sus contactos de una conocida red social.
Según ha relatado ante el tribunal, uno de los episodios más graves de maltrato se produjo el 13 de octubre de 2015 en casa del procesado, cuando, debido a la negativa de la chica a mantener relaciones sexuales, "se puso loco", la agarró por el pelo y la arrastró por el pasillo, le tiró el móvil por la ventana y, después de que la víctima lo recuperara se lo rompió con un cuchillo.
Seguidamente se lo arrojó por la taza del váter y cuando ella intentó recuperarlo le metió la cabeza en el inodoro, tras lo que le golpeó con la bañera y el lavabo.
La mujer ha explicado que ella gritaba y pedía auxilio e intentó defenderse golpeándole a él en las piernas pero con poco éxito, hasta que ambos se "tranquilizaron".
La perjudicada ha recordado que ella no informaba de estos sucesos a su madre, con la que convivía en otro domicilio, y le explicaba que los moratones que tenía se debían a caídas.
La chica ha explicado que otra de estas situaciones tuvo lugar el 27 de febrero de 2016 cuando, tras una estancia del hombre en Londres, él se presentó por sorpresa en su vivienda, donde quería pasar la noche con ella, petición a la que la madre de la chica se opuso.
Mientras la pareja estaba en la habitación de la víctima, él la agarró del pelo, le insultó y le dio un puñetazo que le partió el labio, por lo que, al darse cuenta de lo que sucedía, la madre lo echó de casa, momento en el que el hombre tiró unas monedas al suelo como si la chica "fuera una puta".
Tras estos hechos, la mujer puso una denuncia contra su agresor y se dictó una orden de alejamiento en su favor, a pesar de lo cual, el 13 de marzo el inculpado se encontró con ella en la calle y la convenció para que le acompañara a su domicilio donde, según la chica, cerró con llave la puerta y la retuvo a pesar de que, "asustada" le pidió que le dejara irse.
La chica ha explicado que él quería tener relaciones sexuales y, ante su negativa, le dijo que era "su mujer" que "iba a estar con él", la agarró "fuerte de los brazos" y la desnudó.
Posteriormente, la grabó con el móvil, al tiempo que la obligaba a escribir su nombre junto a un corazón en un billete de cinco euros que luego intentó quemar con un mechero.
"Yo pensé si ese mechero llega a quemar, me quemo en carne viva y no sé cómo hice, pero salí corriendo. Lo tiré todo y salí corriendo y me tiré por la ventana de la habitación de su hermano", porque "tenía miedo a que me pudiera quemar", ha recordado la joven, que cayó desnuda a la terraza del vecino de abajo, al que pidió ayuda porque su exnovio la quería "matar".
Poco después acudió al domicilio la Policía, alertada por la madre de la chica quien previamente había recibido un mensaje de texto de su hija explicándole lo que estaba pasando.
En otro momento de la vista, ha declarado el procesado, quien ha negado los hechos y ha asegurado que ella sí le ha agredido e insultado "muchas veces" en distintos momentos de su relación.
El hombre ha reconocido que el día que acudió con la víctima a su casa, una vez dictada la orden de alejamiento, cerró la puerta con llave pero no le impidió que abandonara el domicilio y, ha explicado que, tras hacer el amor, ella se enfadó porque él no quería besarla en la boca.
Ha precisado que el billete de cinco euros se le quemó sin querer cuando prendió fuego a un cigarrillo para fumar, tras lo que la chica abandonó la habitación y, después de diez minutos en los que no volvió, se dio cuenta de que la ventana de otra de las dependencias de la vivienda estaba abierta.
El juicio por estos hechos continuará mañana con nuevas declaraciones y la práctica de las pruebas periciales.