donostia - Un hombre de 47 años, que será juzgado próximamente en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, se enfrenta a una petición de 15 años de cárcel acusado de violar a una menor (tenía 17 años), quien se encontraba ingresada en un hospital psiquiátrico y que cuando sucedieron los hechos estaba tutelada por la Diputación de aquel territorio histórico.

La acusación particular, que ejercen los abogados Iñigo Galicia y Eva Ramos en representación de la víctima, considera que los hechos son constitutivos de un delito de violación, por el que, además de la citada pena de cárcel, reclama que el procesado no pueda aproximarse a la perjudicada ni comunicarse con ella durante diez años.

Asimismo, demanda una compensación de un montante total de 45.000 euros por las secuelas y el daño emocional y físico sufrido por la chica víctima de los hechos y solicita que se declare la responsabilidad civil del hospital en el que se encontraba ingresada tanto ella como el presunto autor de los hechos, así como de su compañía aseguradora.

La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa no ha formulado acusación contra el procesado, un paciente que permanecía internado en el mismo centro, al considerar que la chica no fue víctima de una violación, ya que, según la versión del Ministerio Público, las relaciones sexuales habrían sido “consentidas”.

Los hechos, que serán enjuiciados en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, habrían ocurrido el 4 de junio de 2014 cuando, según el escrito provisional de la acusación particular, al que tuvo acceso la Agencia Efe, el inculpado presuntamente “mantuvo relaciones sexuales no consentidas” con la menor, “dentro de un hospital psiquiátrico”, mientras la chica se encontraba “bajo la guarda de hecho” de dicho centro.

El documento aclara que la agresión sexual se habría producido “con violencia e intimidación sobre la víctima”, quien además habría sido “amenazada” por el inculpado, que presuntamente le dijo que la mataría “si gritaba” o “si contaba algo de lo sucedido”.

El texto explica que la perjudicada puso la agresión “en conocimiento del personal del hospital inmediatamente después de suceder” y recuerda que la entonces menor ha mantenido “persistentemente” su versión de lo sucedido durante todo el tiempo.

El escrito de la acusación particular señala que “la vigilancia y el control esperable por parte de los trabajadores a cargo del turno” y los correspondientes “medios técnicos”, como las cámaras o los sensores de movimiento del centro, “o no estaban donde debían estar o no funcionaron debidamente” cuando ocurrieron los hechos.

“No se observó la diligencia debida, el mínimo esperable, que, de haberse observado, habría sido suficiente para evitar que tuviera lugar la agresión”, recalca el documento, antes de incidir en la “especial protección de la que la víctima hubiera debido gozar”, en atención a que se trata de una persona de “un perfil especialmente vulnerable”.

La acusación particular considera, por estos motivos, que en estos hechos “resulta incontestable la negligencia del personal del hospital”, así como del propicio centro médico. - Efe