madrid - Reanudar las operaciones de inyección de gas en el almacén Castor que fueron paralizadas en septiembre de 2013, por los terremotos que se produjeron en la zona de Vinaroz (Castellón), aumentaría de nuevo la actividad sísmica y esta vez podría provocar terremotos “incluso mayores”, de una magnitud hasta 6,8, según concluye un estudio encargado por el Gobierno al Instituto Tecnológico de Masaachussets (MIT) y a la Universidad de Harvard.

Los coordinadores del estudio presentaron ayer sus conclusiones y recomendaciones junto con el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, y el director de infraestructuras de Enagás, Claudio Rodríguez.

Tras conocerse contenido, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital decidió no volver a reabrir el almacén de gas Castor y, una vez analizado el informe, realizado a lo largo de 18 meses con un coste de 600.000 euros, encargará estudios de ingeniería y, posteriormente, de viabilidad económica, para acometer su desmantelamiento.

Por otro lado, el secretario de Estado de Energía ha cifrado en 15,7 millones de euros el coste de mantener hibernado el almacén. El coste del proyecto supera los 95 millones al año, puesto que hay que sumar 80 millones anuales por el pago de la indemnización a la concesionaria, Escal UGS, que construyó el almacén. “Al Gobierno y a la justicia le corresponde analizar si hay responsables. Este informe deberá ser evaluado por los juzgados”, manifestó Navia que, sin embargo, ha adelantado que “queda claro” que “no era fácilmente previsible con un estandar de rigor razonable que en Castor ocurriera lo que finalmente ha pasado”.

conclusiones Entre las conclusiones del informe los profesores Rubén Juanes (MIT) y John H. Shaw, de la Universidad de Harvard, destacaron que hay un “riesgo elevado” de que vuelva a aumentar la actividad sísmica en caso de reanudar las operaciones de gas en el almacenamiento de Castor, porque la sismicidad ocurrida ha acercado varios elementos de la falla de Amposta a ser “menos estable de lo que era originalmente”.

Además, explicó que con estos antecedentes de ocurrencia y sismicidad, en la actualidad, hay mayor probabilidad de que se produzca un terremoto en la zona y que podría llegar a ser de una magnitud “muy elevada”.

A nivel técnico, Juanes ha precisado que la inyección de gas provocó una desestabilización de la falla de Amposta y de las ramificaciones que ahora se ha descubierto que están activas “en el bloque colgante de la falla”.

Por su parte, el profesor de la Universidad de Harvard John H. Shaw ha sido más contundente al afirmar que reanudar las operaciones “agravaría el estrés de la falla” y que “habría riesgo elevado” porque se desestabilizó por las inyecciones de gas, independientemente del volumen de inyección, la tasa de inyección o el volumen del pozo. - Efe/E.P.