Bilbao - La sanidad busca, cada vez más, involucrar al paciente. “Porque entender su enfermedad, responsabilizarse de su salud, y manejar de manera adecuada las distintas opciones de tratamiento les hace, por ejemplo, cometer menos errores con la medicación”, explica Roberto Nuño, director de Deusto Bussiness School Health, que acaba de analizar en una jornada la transformación del sistema sanitario.
¿Por qué un paciente informado de su patología y responsable de su cuidado es mejor enfermo?
-Trasladar el mensaje de que hay que responsabilizarse de la propia salud consigue mejores resultados clínicos porque el paciente cambia su comportamiento y, por ejemplo, se reduce el patrón de consumo de servicios sanitarios. Esto se traduce en que igual no acude tanto a Urgencias o hace un uso más racional del sistema sanitario. No nos engañemos, tampoco es la piedra filosofal. Pero introduce un cambio cultural importante porque incorporamos un modelo nuevo de relación con los pacientes.
Dicen los estudios que un paciente activo resulta hasta un 20% más barato al sistema sanitario.
-Bueno ese porcentaje está estimado en el techo más alto. También es verdad que estos estudios son de sistemas sanitarios distintos al nuestro que igual no tienen una Atención Primaria tan desarrollada. Los estudios más cercanos, realizados en el Estado español, sí demuestran algunos ahorros y una reducción de utilización del sistema sanitario en torno al 10%.
A veces parece que educando al paciente, el profesional sanitario quisiera escurrir el bulto de su cuidado.
-Es más bien al contrario. La ciudadanía en general sí puede llegar a pensar que esto es una forma de ahorrarse dinero o de evitarse problemas. Pero el mejor testimonio es el de los propios pacientes que participan en los programas de paciente experto o acuden a las escuelas de salud. A ellos les cambia mucho su perspectiva de la enfermedad. Interactúan con otros pacientes y adquieren mucho aprendizaje. Aunque la experiencia de enfermar sea única, el poder compartir con personas experiencias similares es muy enriquecedor. Y nunca un paciente de estos ha dicho que el sistema les forma para escurrir el bulto porque son conscientes de que va en beneficio propio.
¿Qué se les explica en Osasun Eskola o en las escuelas de Pacientes?
-Hay pacientes por ejemplo con diabetes y les tratamos de educar no solo para que sean expertos en diabetes sino para poder manejar su patología. Que adquieran competencias para llevar mejor su enfermedad, que sepan reaccionar ante ciertos síntomas y que dispongan de más recursos.
Antes la medicina era más paternalista. Había que hacer lo que mandaba el médico sin discusión.
-Sí, pero estamos en un modelo de transición y los patrones varían. Tenemos un perfil de población más informada, con mayor acceso a las tecnologías. Una de las frases que se citan mucho es “ninguna decisión sobre mí sin mi participación” que promueve una medicina más participativa. También varía mucho según la edad y el perfil socioeconómico. Las personas más jóvenes con rentas altas son más demandantes de información. Sin embargo, las generaciones anteriores igual prefieren casi que el médico les diga lo que tienen que hacer y que no les introduzca la incertidumbre de tener que decidir.
¿Las nuevas tecnologías permiten llegar mejor al paciente o el ‘doctor Google’ lo enreda todo?
-Hay de todo. Tienen muchos beneficios por el trasvase de información. Pero también hay riesgos. Hay demasiada información y muchas veces no tenemos criterio para valorarla. Se quiere avanzar hacia un modelo en que sean los propios profesionales los que prescriban la información de calidad. Si queréis informaros sobre esta patología entrar aquí y aquí... pero al final, antes o después de la consulta, todo el mundo mira en Google.
¿El paciente presiona más al médico? Ahora es capaz de comparar, exigir y elegir, al tener más medios de conocimiento a su alcance.
-Sí y uno de los grandes retos es responder a este tipo de pacientes. Por eso hay que desarrollar competencias para que esa exigencia no solo sea un requerimiento sin criterio. O que demande cosas que incluso pueden ser nocivas para él.
¿Cómo han cambiado los roles de los agentes de salud?
-Tiene que darse una relación más colaborativa en la que se fijen objetivos terapéuticos asumibles. Eso hace que el profesional sanitario deba tener mucha empatía, mucha capacidad de comunicar bien y también establecer un plano más horizontal, más a la par con el paciente, de tú a tú. Antes, en el modelo paternalista, el plano era más vertical.