Barcelona - El secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluís Salvadó, aseguró ayer que el nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas forma parte de una “nueva cultura” para “corregir” cuestiones de salud, por lo que “hay la voluntad” de aplicar un impuesto similar en otros productos con exceso de grasa y azúcar.
Ayer entró en vigor el Catalunya el impuesto a bebidas azucaradas los refrescos o sodas, bebidas de néctar de frutas, bebidas deportivas, bebidas de té y café, bebidas energéticas, leches endulzadas, bebidas alternativas de la leche, batidos y bebidas de leche con zumo de fruta, bebidas vegetales y aguas saborizadas. La Generalitat prevé ingresar unos 40 millones de euros con esta nueva tasa.
“El impuesto de bebidas azucaradas forma parte de una nueva cultura de impuestos. El impuesto queda enmarcado en la nueva corriente de usar los impuestos para corregir ciertos problemas que tiene la sociedad”, señaló Salvadó. Dijo que “el objetivo del Govern es corregir determinados hábitos, no tanto de los consumidores como de los propios fabricantes”. “Existe la voluntad de poner este impuesto sobre los alimentos con exceso de azúcar o de grasa”, avanzó el secretario de Hacienda.
Según recordó la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), la medida establece dos subidas: una de 0,08 céntimos por litro si el producto tiene entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, y otra de hasta 0,12 céntimos por litro en caso de que el azúcar supere los 8 gramos por cada 100 mililitros. Así, en las bebidas más dulces el precio podría subir en 24 céntimos en su formato familiar de 2 litros.
“Hoy, seguramente, no se notará que la bebida es más cara. El impuesto se empieza a repercutir a partir de la fecha que el punto de venta ha comprado el producto al distribuidor”, aclaró Salvadó, para quien “la idea es que el consumidor pague [...] para que se produzca un cambio de hábitos”. - Efe