Gasteiz - El Parlamento Vasco pidió ayer por unanimidad la puesta en marcha de políticas que ayuden a la prevención, detección temprana, atención y visibilización de los abusos sexuales a menores.

El pleno aprobó una enmienda transada por todos los grupos a una iniciativa de EH Bildu, en la que se llama a las instituciones públicas a “liderar” la lucha contra este tipo de delitos. En el caso concreto del Gobierno Vasco se le emplaza a “visibilizar y priorizar” las necesidades de los niños y adolescentes que han sufrido abusos mediante “políticas integrales” y a desplegar campañas de sensibilización encaminadas a “prevenir y erradicar” los abusos para avanzar hacia “la tolerancia cero”.

Se aboga asimismo por formar en este campo a los profesionales de la salud, educación, justicia y servicios sociales que pueden intervenir en la atención temprana a estos niños y niñas.

También se reclama que se elimine la prescripción de estos delitos para así garantizar “un ejercicio real al derecho a la justicia”, de manera que los abusadores puedan ser juzgados aunque sus víctimas sean ya adultas. Para conocer la “dimensión real” en Euskadi de los abusos sexuales a menores se pide impulsar el Observatorio de Infancia y Adolescencia de manera que la información sea “sistemática y actualizada”.

La parlamentaria de EH Bildu Oihana Etxebarrieta recordó la dificultad de detectar los abusos a menores dado que el 90% se da dentro de la propia familia. Precisó que el 20% de los niños sufre agresiones, pero solo un 2% de los casos se detecta en tiempo real y de ellos sólo un 1% termina en los tribunales. Además, cuando las víctimas se atreven a denunciar son ya adultos y el delito ha prescrito. Por eso, dijo, es tan importante la detección temprana.

Desde el PNV, Maialen Gurrutxaga, defendió la “tolerancia cero”, abogó por educar en valores y forjar relaciones basadas en el respeto y lamentó que en algunos casos cuando los propios familiares conocen los abusos “se mantiene el silencio por miedo a romper la familia”.

Eukene Arana (Elkarrekin Podemos) constató que este fenómeno “está presente en todas las sociedades y culturas”, también en Euskadi, y que los abusadores “no son enfermos, ni elementos aislados, sino vecinos, compañeros de trabajo, tíos, el cura de la parroquia...”, en definitiva, “personas de total de confianza”, por lo que llamó a visibilizar este “grave problema social” porque “su ocultamiento genera más problemas”.

La socialista Rafaela Romero denunció que en muchos casos protagonizados por sacerdotes, “el abusador sale de rositas con diversas penas expiatorias, reflexión o estar apartado de su parroquia”, aunque reconoció que no se trata de “un asunto privado ni de la iglesia, sino que incumbe e interpela a todos lo poderes públicos”.

Desde el PP, Borja Sémper, coincidió en la importancia de la visibilidad y de que se denuncien los casos que se conozcan, pero incidió sobre todo en la prevención porque “un solo caso que se evite sería una gran victoria”.- Efe