madrid - Los nueve millones de niños españoles sufren ya problemas de salud o acceso al agua debido al cambio climático y heredarán un país “inhabitable” si no se actúa urgentemente, por lo que la ONG Unicef ha exigido que los menores sean el centro de la futura Ley de Cambio Climático. En la presentación ayer del informe El Impacto del Cambio Climático en la Infancia en España realizado por Unicef Comité Español, el director ejecutivo de esta organización, Javier Martos, y la responsable de políticas de infancia de la misma, Maite Pacheco, describieron el calentamiento como “una amenaza creciente y sin precedentes para los menores”.
El estudio, que recopila la información científica disponible, subraya que España es el país europeo más vulnerable al cambio climático, por lo que si la comunidad internacional no realiza esfuerzos efectivos de reducción de emisiones en los próximos años, la temperatura subirá hasta cinco grados a mediados de siglo, dejando el 80% de la península ibérica convertido en un desierto.
“Los efectos del cambio climático transformarán la economía y fisonomía del país, sometiendo a la población a olas de calor y frío, temperaturas extremas, subida del nivel del mar, falta de agua potable por estrés hídrico y mayor contaminación del aire, por lo que urge plantearnos qué país dejamos a nuestros niños”, resaltó.
Pacheco explicó que los niños son “especialmente vulnerables a la subida de temperatura”. “Cuánto más pequeños peor es la situación, de manera que los bebés prematuros pueden sufrir secuelas en su desarrollo neurológico, problemas en la función respiratoria y crecimiento”, avisó. Las temperaturas extremas -señala el informe- son también responsables de hospitalizaciones de menores de 14 años por causas intestinales, así como de un aumento de las alergias y enfermedades respiratorias (rinitis alérgica, asma, y otros transtornos).
ciudades marítimas La subida del nivel del mar -que lleva subiendo desde la década de a los 90 entre 2,4 y 8,7 milímetros al año- pondrá en riesgo a más de dos millones de niños que viven en grandes núcleos urbanos al borde del mar, en las provincias de Barcelona, Valencia, Guipúzcoa, Málaga y Cádiz.
En el aspecto socioeconómico, el informe apunta a que, si no se actúa, el Producto Interior Bruto (PIB) de España podría caer entre un 2 y un 3% al año a partir de 2050 debido a los impactos en los dos principales sectores productivos del país: el turismo y la agricultura. En cuanto al agua, UNICEF cita datos del Word Resources Institute, para señalar que en 2040 una gran parte de la población española estará expuesta a un alto estrés hídrico, con una reducción de las precipitaciones de hasta el 28% a lo largo del siglo, aumentando el riesgo de fenómenos extremos como inundaciones y sequías. Una vez más, los niños serán los más perjudicados por la falta de agua pues el porcentaje de agua corporal de un niño es del 60% frente al 50% del adulto.
No obstante, Cristina Monge, portavoz de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), colaboradora del informe, incidió en que las afecciones del cambio climático a los niños españoles “no son una cuestión del futuro, están aquí y ahora, y son profundamente injustas porque afectan más a quienes menos responsabilidad tienen, los niños, y especialmente los más pobres”. Para evitarlo, Unicef exige que los niños estén en el centro de la Ley de Cambio Climático que prepara el Gobierno, así como en las decisiones presupuestarias que se tomen en esta materia con el fin de garantizar sus derechos.
Unicef considera que mitigar y adaptarse a este fenómeno es una emergencia social, y como tal debe ser considerada en los presupuestos generales, donde estas políticas deben ir a asociadas a las de infancia, salud y lucha contra la pobreza.
Con este fin solicitan la creación de un órgano de coordinación de estas políticas, compuesto por las tres administraciones, la comunidad científica y las ONG, desde el que se vigile el cumplimiento del Acuerdo de París y se promueva la generación de conocimiento sobre los efectos del cambio climático en los menores y las mejores maneras de enfrentarlos.
Reclaman que el sistema sanitario se prepare para afrontar ese problema con planes sólidos de prevención frente a olas de calor y aumento de la contaminación atmosférica, y que la planificación de las ciudades incluya esta variable y atienda la pobreza energética, mejore la calidad del aire o garantice zonas sombreadas y verdes que reducen la temperatura media y fuentes en los lugares frecuentados por los menores como parques o colegios Las consecuencias del cambio climático son aún mayores en el caso de familias en situación de pobreza que, por ejemplo, no disponen de aire acondicionado en sus casas para combatir el calor, alertó.
Además, los expertos urgen más recursos para la sensibilización y la preparación de padres y niños, a estos últimos desde los centros educativos, donde “se debe concienciar mediante el ejemplo”, con actuaciones de ahorro energético o consumo de productos locales y de temporada.
Unicef calcula que, a nivel global, el cambio climático impactará la vida de 175 millones de niños al año en la próxima década, y que los efectos de este fenómeno en la producción agrícola causarán 95.000 muertes adicionales de menores de cinco años debido a la desnutrición. - DNA