MADRID. En un comunicado, la Policía ha detallado que la investigación comenzó cuando agentes de la Policía Federal belga detectaron la presencia de dos mujeres muy jóvenes ejerciendo la prostitución en las calles del Barrio Rojo de Bruselas. Tras comprobar que eran menores de edad, procedieron a su liberación y derivación a una ONG especializada en el tratamiento de víctimas de trata de seres humanos.
En ese momento, comenzó la investigación con el objetivo de localizar a su tratante, que resultó ser una mujer de origen nigeriano que contaba con documentación española, que aprovechaba para viajar por Europa con bastante frecuencia, principalmente entre España y Bélgica.
A la investigación se sumaron agentes de la Policía Nacional, quienes pudieron comprobar que la proxeneta residía de forma permanente en el Estado español, si bien desde el momento de la liberación de las dos víctimas en Bruselas se encontraba en paradero desconocido.
Toda la información recabada hasta entonces en relación con la tratante fue remitida vía Europol a otros países, lo que permitió a la BKA alemana localizar a la sospechosa en ese país. Las pesquisas de los investigadores permitieron comprobar su relación con otra mujer, también de nacionalidad nigeriana, quien se encargaba de ejercer el control sobre las víctimas así como de obligarlas a ejercer la prostitución.
Esta segunda proxeneta también había huido de Bruselas tras la liberación de las menores, pero en este estableciéndose en Gasteiz donde fue localizada por la Policía Nacional.
Con los datos obtenidos las autoridades belgas emitieron sendas Órdenes Europeas de Detención y Entrega y los agentes de los respectivos países procedieron a la detención de las dos mujeres.