La GI-236 entre el puerto de Pasaia y el aparcamiento para camiones del polígono de Lintzirin ha quedado paralizada esta madrugada para el paso del camión más largo que ha circulado por las carreteras guipuzcoanas. En base a las previsiones, el supercamión, de 98,1 metros de largo y 338 toneladas de peso, descansa desde las 3.30 horas en Lintzirin, donde será readaptado para proseguir su viaje mañana por la noche hasta la subestación eléctrica de Arkale, en Oiartzun. El trazado de la carretera que lleva hasta allí no permite la circulación de vehículos de semejantes dimensiones, por lo que el camión reducirá sus longitud a 69 metros para poder seguir su ruta.
Las casi cuatro horas de recorrido de la primera etapa de este megatransporte no son más que la punta del iceberg de un proyecto que lleva gestándose desde el pasado julio en las oficinas de la empresa de transportes especiales Arbegui. Desde entonces, se han necesitado muchas horas de trabajo, numerosas reuniones con las autoridades pertinentes, así como un estudio pormenorizado de todas las variables a tener en cuenta a fin de que el transporte se lleve a cabo con todas las garantías.
Así lo explicaba ayer horas antes de comenzar la etapa el responsable de transporte de Arbegui, Unai Pereda, quien aunque se mostraba tranquilo ante la operación nocturna, no ocultaba la enorme carga de trabajo de las últimas horas y su deseo de que “todo salga bien”. “En una operación así tienes que prestar atención a todo: los vehículos que necesitas, las carreteras por las que vas a pasar... Todo es importante. Este en concreto tiene mucho peso, se necesitan muchos ejes...”, reconoció Pereda momentos antes de salir rumbo a Pasaia para supervisar el trabajo.
Ha sido precisamente en este puerto donde tuvo lugar la antesala de la operación nocturna. El sábado por la mañana llegó el barco que transportaba los transformadores que serán trasladados a Arkale. Su montaje en el camión no ha estado exento de dificultades. “Hay que tener muchísimo cuidado porque son piezas muy pesadas que hay que amarrar bien”, precisó. “Al final, es una tarea que te lleva toda una jornada laboral”, aseveró Pereda, quien narró que es una operación que se hace mediante “vigas y ensamblajes”, de tal forma que “más que cargar la pieza en el camión, lo que se hace es abrazarla”.
Una vez llevada a cabo esta labor, todo está preparado para el traslado.
No es la primera vez que Arbegui programa una operación como esta, si bien nunca antes lo habían hecho con un transporte tan largo y tan pesado por carreteras secundarias de Gipuzkoa. No obstante, Arbegui tiene a sus espaldas más de medio siglo de experiencia en transportes especiales, desde que en 1952 naciera la empresa.