pamplona - Javi y Mari Carmen Lizoáin, dos hermanos vecinos de Olave, subrayaron ayer que en cuanto se notó el primer terremoto “todos los vecinos” salieron a la calle asustados, “con la ropa que llevaban encima”. “Esto parecía un desfile de ropa interior”, bromeó Javi. En cuanto a las consecuencias del seísmo, señalaron que no se produjeron importantes daños materiales, aunque sí algunas grietas en las casas y estanterías caídas.
Para Mari Carmen, el susto fue tal que en un primer momento no supo cómo reaccionar. “Todos los vecinos hemos actuado parecido, sin saber bien qué hacer”, indicó, ya que no es algo a lo que estén acostumbrados. “Con las réplicas, que ya estábamos más alerta, hemos salido de un brinco todos a la calle, con caras de susto y entre risas al mismo tiempo por la situación”, contó.
Por otro lado, Javi, su hermano, indicó que los mayores daños se deben a que “en el pueblo hay casas viejas, y es inevitable que en situaciones como esta se agrieten un poco o sufran algunas consecuencias”. Además, coincidió con Mari Carmen en decir que el susto que se llevó fue grande, incluso con las réplicas. Después de comer tuvo lugar la segunda y en su establecimiento, el Mesón Olave, “algunas personas que estaban comiendo o echando el café se han levantado disparados y han salido a la calle, asustados”, dijo, y agregó que ahora lo que toca es “mirar bien todos los daños que puedan tener las casas y pelearse con los de los seguros, por ver cómo nos subvencionan”.
Por último, señaló que “los animales suelen sentir que va a venir un terremoto antes que nosotros”, y que en su opinión estaban “más intranquilos”. Por ello, agregó: “Espero no verlos así más, porque significará que volveremos a tener un sustico”. “La lotería no nos tocará, pero el terremoto... Nos ha tocado el gordo”, bromeó. - A.R./G.M.