granada - Cuatro de los testigos, que declararon ayer en el caso Romanones por los abusos sexuales que denunció haber sufrido un joven cuando era menor, negaron ser víctimas de estas prácticas, aunque detacaron “excesivas” muestras de cariño, caricias, besos y cosquillas.

Lo hicieron durante la cuarta sesión del juicio que se celebra contra el padre Román como único acusado, para el que la Fiscalía solicitó nueve años de prisión por un delito continuado de abuso sexual con acceso carnal.

“Era demasiado cariñoso, con besos en el cuello, caricias, abrazos, mucho contacto físico que veía excesivo, me incomodaba”, declaró uno de los testigos amigo del denunciante.

La declaración estuvo marcada por la ausencia de un joven que se sumó al denunciante inicial y narró también ser víctima de abusos, hechos que retiró después y que no se ha personado.

El tribunal intentó sin éxito contactar con el joven y ordenó que la Policía Judicial lo localizase para que testificase sin excusa posible en el siguiente juicio.- Efe