MADRID. El caso de Samuel, al que su padre ha creído reconocer por el abrigo marrón que vestía, se conoce como el del 'Aylan español', en alusión al pequeño sirio que falleció ahogado intentando alcanzar las costas griegas y cuya fotografía tendido en una playa de Turquía dio la vuelta al mundo en 2015.
Esta semana, Aimé Kabamba, padre del pequeño de cuatro años, se personó en la Embajada de España en Kinshasha, para solicitar que le permitiesen viajar a España para identificar el cadáver, después de que recibiera la noticia de que la madre de Samuel, Véronique Nzazi, había aparecido la semana pasada también sin vida en las costas de Argelia.
Madre e hijo se subieron el pasado 14 de enero a bordo de una patera con el objetivo de alcanzar las costas europeas. Un año antes, la mujer había solicitado un visado turístico para viajar a Europa que le denegaron. Quería operarse de un tumor en el cuello.
El padre de Samuel y su tío fueron recibidos por el embajador de España en República Democrática del Congo, Francisco Javier Hergueta. Tras estudiar el caso, y teniendo en cuenta las circunstancias especiales del mismo, el departamento que dirige Alfonso Dastis accedió a conceder a Kabamba un visado de corta estancia, no superior a 90 días, han explicado las mismas fuentes.
Este plazo de tres meses es más que suficiente para que Aimé Kabamba viaje a España con el objetivo de hacerse las pruebas de ADN en los laboratorios de la Guardia Civil en Cádiz.
Si efectivamente el cadáver que se conserva en la morgue es el de su hijo, podrá iniciar los trámites para su repatriación a la República Democrática del Congo, gestión que ya no compete asumir a las autoridades españolas.
El Ministerio del Interior, la subdelegación del Gobierno en Cádiz y la Embajada de República Democrática en el Congo se mantienen en contacto para coordinar la operación.