Madrid - “La salud es lo primero” y “es una medida ideológica, muchos necesitamos el coche”, fueron las dos opiniones más oídas entre los madrileños ayer, cuando se enfrentaron por primera vez a la prohibición de que circulen la mitad de los vehículos por la alta contaminación. Y es que desde las seis y media de la mañana, solo aquellos coches con matrícula impar pudieron circular por la almendra central de la capital, la primera restricción a la circulación en el Estado motivada por los altos niveles de dióxido de nitrógeno. En el centro se respiró normalidad, quizá también debido a las fechas navideñas y las vacaciones escolares, puesto que los atascos fueron escasos, mientras la tranquilidad imperóen el Metro y los autobuses. Pero en casi todos los rincones, los madrileños hablaban de esta restricción.

“La ciudad es para las personas y debería haber limitaciones siempre, no solo ahora”, decía María, que salía de la estación de Atocha, quien añadió que sería importante bajar los precios del transporte público si se quiere fomentar.

Los partidarios de este protocolo, que contemplaba algunas salvedades porque sí pudieron moverse por la ciudad los autobuses municipales, taxis, bicicletas y motocicletas, defienden que en Madrid “se respira veneno”, por lo que limitar el tráfico “se queda corto”. “También se deberían controlar de verdad las emisiones a grandes empresas y mejorar el servicio de transporte público, que cada vez es más caro y más lento”, expresó Manuel mientras paseaba junto a su familia por el madrileño Paseo de la Castellana. A pesar de que circular con un vehículo particular con matrícula par por el área interior de la carretera de circunvalación M30 conllevaba una multa, se pudieron ver coches con estos dígitos.

Por otra parte, no fueron pocos los detractores de este nuevo protocolo. Algunos, como Ignacio, saben que la capital vive sumida en una boina negra, pero se pone en el lugar de aquellos que viven fuera de Madrid y “necesitan el coche para trabajar”. Otros consideran que esta medida es política e ideológica. “Ana Botella quiso hacerlo y la izquierda no la dejó, se le echaron encima”, dijo Rosa, que se pregunta por qué, si hay tanta contaminación, no se mantiene la medida más días. “No tiene nada que ver con la ideología, se trata de la salud pública”, le rebatió su hijo. De momento, hoy y mañana todos los vehículos podrán circular por la almendra central, tal y como anunció la concejala de Movilidad y Medio Ambiente, Inés Sabanés.

La concejala explicó que, según las mediciones de dióxido de nitrógeno de la medianoche pasada, el nivel de alerta vuelve a ser de preaviso, de modo que se volverá al escenario 2 del Protocolo de contaminación. “Tendría que continuar otro día. Es un esfuerzo de todos, les toca a los coches impares”, manifestó Rocío, que ayer tuvieron que ir a trabajar en Metro al tener su vehículo una matrícula “prohibida hoy -por ayer-”.

Sabanés no quiso ofrecer datos sobre las sanciones que durante el día de ayer pusieron la Policía Municipal y los agentes de movilidad a los vehículos que infringieron las medidas del escenario 3 (las matrículas pares que hayan circulado con menos de 3 pasajeros o la superación de los 70 kilómetros por hora), porque a su entender esos datos desviarían la atención de lo importante, que es el cumplimiento del protocolo para garantizar la salud pública.

Enfado de Esperanza Aguirre La medida encontró la oposición de la portavoz del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, quien aseguró que como su vehículo poseía matrícula par tuvo que acudir al Pleno gracias a un amigo que la recogió con un vehículo de matrícula impar. “Hay mucha gente con matrículas pares, como yo, o que se ha quedado sin poder salir de vacaciones, y al tener matrícula par, se han tenido que quedar, y lo repito y lo reitero”, añadió. “Lo han bajado deliberadamente porque el sueño que tienen estos señores es una ciudad sin coches”, lamentó Aguirre para recordar que el protocolo que redactó el Gobierno municipal del PP sí se ceñía a los niveles fijados por la Organización Mundial de la Salud.