hernani - Kepa Álvarez se define como “una más de los cientos de personas que van con ideas más grandes o más pequeñas, pero siempre con la intención de ayudar”. Efectivamente es un voluntario más en Grecia, que se encuentra ahogada por los miles de refugiados que habitan en su país. Pero Kepa ha impulsado un proyecto que desde su pueblo, Hernani, está traspasando fronteras y que como objetivo final tiene llevar una furgoneta cargada de leche para bebés hasta Atenas. La furgoneta permanecerá hasta el viernes en la Plaza Atsegindegi de Hernani, desde las 9.00 hasta las 20.00 horas, para todo aquel que se quiera acercar y hacer su donación.
Un día, Kepa decidió irse hasta Grecia tras ver la situación que estaban viviendo los refugiados allí y conoció Elliniko. Se trata del estadio de baloncesto donde se jugó la final de los Juegos Olímpicos de 2004 de Atenas, entre EEUU y Alemania. Ahora, el anillo de esa cancha que “es gigante”, está lleno de zapatos, ropa, comida seca, material escolar, sillitas de niños, muletas, “todo lo que te puedas imaginar”, destaca Kepa. Pero lo más sorprendente es que “un día hablando con alguien de Zarautz me dijo que en una foto que le mandé se veía un palé con 2.000 biberones que mandamos hace un año”. Ahí se dio cuenta de la locura que suponía este almacén, porque en los campos de refugiados “estaban dando a los bebés de 20 días leche con cucharillas y allí había género desde hace un año”.
Asegura que “cuando te planteas una cosa de este tipo”, piensas que “un médico si va a un campo de refugiados sabe a lo que va, un mecánico también o un fontanero”. Entonces pensó lo que podría aportar, ya que había llevado ua empresa de logística durante años. Kepa concluyó que el problema principal era de transporte, y “con toda la labor que se ha hecho para recoger todas estas cosas, esto tiene que estar donde tiene que estar, en los campos de refugiados”.
una furgoneta llena de leche Cuando se dio cuenta de la necesidad habló con su cuadrilla, que estaba en Hernani. Así, recaudaron el dinero para comprar una furgoneta. No se lo pensó y se fue hasta Hannover (Alemania), cogió la furgoneta y el mismo día estaba de vuelta en Hernani. Pensó que ya que la tenían, la podrían llevar llena de leche en polvo para bebés, ya que “hay muchas mujeres que dan a luz en malas condiciones y no pueden dar de mamar”. Así, en cuanto llenen la furgoneta con leche, la idea es ir hasta un puerto en el norte de Italia, cruzar el Adriático en ferry y llegar a un puerto griego a 80 kilómetros de Atenas. Allí se la donarán a SOS Refugiados España. Pero la podrán utilizar asociaciones y ONGs que estén en Grecia y que la necesiten.
Aunque todavía no tienen fecha de vuelta, Kepa apunta que la “furgoneta es muy grande y no sé cómo la vamos a llenar”. En este sentido, recuerda que “coger una lata de garbanzos es muy fácil y lo hacemos todos, pero comprar esta leche de doce euros cuesta un poco más”.
voluntarios vascos Tras su experiencia en Atenas, Kepa señala que, según su estimación, el voluntariado del País Vasco soporta en torno a un 30-35% de la fuerza de trabajo y de la mercancia que hay allí.
Cuenta la historia de unos voluntarios de Durango que recaudaron 15.000 euros en su municipio, se fueron allí y gastaron la mitad en fruta fresca, en verduras y pollo. Y con el resto, “cogieron a grupos de gente que tenían problemas dentales o problemas de vista y se los llevaron al médico”, explica Kepa. “Es magia ver cómo funciona esto, porque nada de esto está preparado”, destaca.