donostiA - Los nuevos casos que se diagnostican cada año de Alzheimer, la patología neurodegenerativa más frecuente y también la causa más habitual de demencia en mayores de 65 años, están bajando en los países desarrollados. Gurutz Linazasoro, reconocido neurólogo, y director del Programa de Terapias Avanzadas para el Alzheimer y Parkinson de Policlínica Gipuzkoa, da una luz de esperanza de cara a esta devastadora patología que, de momento, es incurable. Linazasoro es categórico. “La incidencia de Alzheimer, es decir el número de casos nuevos por año, está disminuyendo. En un año ha bajado un 3%. Y el ritmo de descenso se dice que es aproximadamente de un 20% por década. Eso no quiere decir que en cincuenta años no vaya a haber Alzheimer. Es el 20% sobre el riesgo de padecer la enfermedad que es entorno al 4 ó 5%”, afirma este especialista, uno de los mayores expertos en la patología.

Sin embargo, la cantidad global de casos va a aumentar a causa del gran volumen de gente que vive más tiempo gracias al aumento de la esperanza de vida. “Es que no es lo mismo la incidencia que la prevalencia que es el número de casos totales. Como cada vez vivimos más y hay una sociedad cada vez más envejecida, la prevalencia no va a disminuir, seguirá aumentando”, destaca Linazasoro.

Las razones que explican la buena noticia de la caída de nuevos casos de una enfermedad para la que no existe cura son diversas. “Una razón es que el nivel de educación de la sociedad es más alto. El nivel de educación no es solo nivel de estudios, es nivel de aprendizaje, y nivel de cosas que la gente hace en su vida”, precisa Linazasoro. A su juicio, “la segunda razón es que vivimos en una sociedad cognitivamente más exigente y ahí es donde entra el papel de las nuevas tecnologías y de esas herramientas que nos obligan a estar cada vez más al día, aprender a usar un ordenador, un móvil, una tablet... o toda la información que podemos obtener a través de internet. Y la tercera causa de la disminución es porque llevamos un estilo de vida más saludable”.

La bajada de nuevos casos no se ha registrado solo en un país. La tendencia se ha confirmado en estudios epidemiológicos realizados en Holanda, Suecia, Inglaterra o Estados Unidos. “Es una buena noticia y sobre todo es señal de que realmente modificamos los hábitos y los estilos de vida se puede plantar cara al Alzheimer. Quizá no en un 100%, pero sí en un porcentaje importante”, afirma el especialista.

un caso cada cuatro segundos Una tónica relevante para una dolencia de la que cada cuatro segundos se diagnostica un nuevo caso en el mundo. Según datos de la Fundación Pasqual Maragall, afecta hoy a 46 millones de personas en todo el planeta, 800.000 de ellas en España, según calcula la Sociedad Española de Neurología (SEN). ´

La enfermedad de Alzheimer conduce a un deterioro de la memoria y otras facultades intelectuales y progresivamente a una pérdida de la autonomía. Asociada al envejecimiento -se trata de un deterioro cognitivo- y dado el aumento de la esperanza media de vida en las sociedades desarrolladas, se está convirtiendo en la enfermedad más importante del siglo XXI. “La patología está muy ligada al envejecimiento que es el principal factor de riesgo. Además, en las personas mayores, la prevalencia de la enfermedad aumenta significativamente a medida de que se van cumpliendo años, hasta el punto de que el 40% de las personas mayores de 90 años la padecen”, señala la doctora Sagrario Manzano, coordinadora del grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología.

La patología genera además uno de los mayores gastos sociales. Y es que es que el impacto económico que enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer tienen en la sociedad es muy acusado. “El coste sociosanitario de la enfermedad de Alzheimer está cifrado en 850 billones al año en todo el mundo, que es el 1,6% del PIB. Pero las estimaciones, teniendo en cuenta que países superpoblados como India o China, van a empezar a tener más mayores, hablan de un crecimiento significativo de la dolencia”, indica Linazasoro. De hecho, en Estados Unidos se le llama ya la enfermedad del trillón de dólares porque están calculando que los costes que supondrá para el 2030 en ese país asciendan a ese importe.

Sin embargo, el neurólogo introduce matizaciones que atenúan la gravedad del problema. “Si se atacaran factores de riesgo de forma decidida desde la edad media de la vida, la incidencia del Alzheimer se vería todavía más reducida. Y por último, si fuéramos capaces de retrasar el inicio de los síntomas en cinco años la prevalencia se reduciría en un tercio”, aclara.

No hay que olvidar que actualmente se dice que a partir de los 65 años la dolencia es más frecuente aunque hay casos que pueden empezar entre los 50 y los 60 años. “Lo indudable es que a más edad, más prevalencia. En un octogenario, o en un nonagenario, prácticamente la mitad tiene rasgos de Alzheimer en su cerebro”, admite.