bilbao - Parece el Santo Grial de la medicina moderna, un corazón artificial. La Clínica Universitaria de Navarra (CUN) ha llevado a cabo en Iruñea el primer implante de un corazón artificial completo a un ser humano, dando así lugar a uno de los retos más importantes de la ciencia actual, sustituir por completo la función del corazón. Actualmente, el corazón mecánico se utiliza como puente para el transplante cardíaco pero podría ser una alternativa al transplante en pacientes que no responden a los tratamientos convencionales.

Hace 34 años, el 2 de diciembre de 1982 en la Universidad de Utah, Barney Clark se convertió en la primera persona que recibió un corazón artificial permanente. Murió 112 días más tarde. Pero en la actualidad los nuevos implantes, más seguros y duraderos, se consolidan como “terapia puente” en pacientes graves de insuficiencia cardiaca a la espera de un donante pero también como terapia definitiva en aquellas personas que no son susceptibles de someterse a un trasplante. En poco más de dos años, ya se han puesto a 26 pacientes en España, lejos de los 2.500 que se instalaron el año pasado en Europa. “Ayudan o sustituyen la función del corazón y permiten tratar al paciente de forma prolongada”, dicen los expertos, que explican que “no hay tantos corazones disponibles, ni siquiera en España, líder mundial en trasplantes. Por eso las listas de espera son cada vez mayores”, afirman.

El gran avance ha sido la mayor durabilidad de estas bombas artificiales que regulan el circuito sanguíneo. En el caso de Carmat, el órgano mecánico líder, se podría estar hablando de una duración de entre cinco o 10 años, algo impensable hace unos años. “Un paciente de Nueva Zelanda lleva ocho años y medio con uno, no hay riesgo de rechazo y hay menos complicaciones que con un trasplante, dado que los pacientes deben seguir un tratamiento inmunosupresor de por vida”, explica Santiago Serrano, cardiólogo del Hospital Puerta de Hierro.

Pero además de las luces, estos corazones también tienen sus sombras. La agencia francesa que vela por la seguridad de los medicamentos (ANSM) ha suspendido cautelarmente el ensayo clínico del corazón artificial Carmat, después de que se conociera la muerte del quinto paciente al que se había implantado esa prótesis aunque por causas distintas al implante.