Bilbao - Mujer y latinoamericana, destinada a empleada del hogar. Ese es el perfil del inmigrante que llega hoy en día a Euskadi. “En estos momentos, la gran contratista es la familia. Antes venía la gente a las fabricas, a la construcción, ahora viene a las familias. El perfil que buscamos es el de mujer, preferiblemente latinoamericana, y si no centroeuropea. Porque el que elige es el que acoge”, explica Xabier Aierdi, profesor de sociología de la UPV/EHU y asesor del departamento de Empleo y Asuntos Sociales. Aierdi participó ayer en Bilbao en las VI Jornadas sobre Inmigración e Integración en el País Vasco, en las que debatió sobre los retos de Euskadi en la materia junto a Andrea Ruiz Balzola, antropóloga y consultora en diversidad y migraciones; y Agustín Unzurruzaga, de SOS Racismo Gipuzkoa.

Durante su intervención, Unzurruzaga instó a “tomar muy en consideración” a las empleadas del hogar, porque “son muy significativas las cifras de concesión de autorizaciones de trabajo a personas extranjeras en 2015”: 146 concesiones para el sector agrario; 285 para la industria; 264 para la construcción, y 7.400 para el sector servicios. “De estos 7.400 trabajadores, el 80% son empleadas del hogar”, subrayó Unzurruzaga, quien explicó también que “la gente inmigrante tiene grandes dificultades para entrar en la industria y la construcción ha sufrido una bajada brutal”.

El integrante de SOS Racismo Gipuzkoa ve necesario “un plan de inserción socio-laboral para el colectivo de trabajadores y trabajadoras migrantes”, porque, según afirmó, se encuentran en muchas ocasiones con situaciones de discriminación debido a su origen y porque el paro ha castigado a este colectivo con especial crudeza: si en 2008, la tasa de paro entre la población inmigrante era del 9,35%, actualmente supera el 37%.

Repunte Actualmente hay en Euskadi 188.213 personas de origen extranjero, según Ikuspegi, que representan el 8,6% de la población. Entre 2012 y 2014, la llegada de inmigrantes a la CAV cayó ligeramente debido a la crisis económica, pero a partir del año pasado, la tendencia ha vuelto a ser al alza. “Esto indica que la gente está viendo que hay una oportunidad, es un indicador de que estamos saliendo de una situación que ha sido peor”, señaló Aierdi. Las cifras de Euskadi contrastan con las del resto del Estado, donde la llegada de inmigrantes no ha dejado de bajar. Aunque el sociólogo vasco matiza: “Sigue cayendo, pero la sangría se ha parado. Ya no es lo mismo, ahora hay una pequeña heridita”.

“La inmigración es un buen termómetro de cómo está la economía, de cómo están las sociedades, sin darnos cuenta nos encontramos con que en 2010 había llegado un flujo de población nicaragüense femenina, fue la primera inmigración postcrisis que había llegado a Euskadi. Y ahí vimos que se ese flujo migratorio se había adaptado tanto a la situación del momento que ya no pedía ni papeles, solo pedía trabajo. Lo que era una exigencia básica a principios de siglo era ya prescindible”, manifestó Aierdi.

El profesor de la UPV/EHU considera que “una reactivación en este sentido vendría bien”, aunque es consciente de todos los prejuicios que todavía rodean el tema de la inmigración. “La gente no cambia su opinión aunque le des datos, decía Einstein que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”, destacó. “Por un lado, la inmigración es necesaria, pero, por otro, se vive como una amenaza. Las sociedades tienen que vivir con esa paradoja: hay sectores que necesitan la inmigración, pero la población en general preferiría que no existiera. Eso hay que resolverlo”, sostuvo. Es por ello que abogó por “un pacto y una política de Estado sobre inmigración”.

“Hoy por hoy cualquiera que aboga públicamente a favor de la inmigración tiene un castigo electoral, con lo cual a veces los políticos son muy cautos. Mira Francia, el mensaje antiinmigrante funciona, luego está el Brexit. Esto ocurre en todas las sociedades, incluida la vasca”. Para Aierdi esto supone un gran problema: “Esto hace que no se hable con seriedad y en profundidad de un tema que va a ser fundamental en esta sociedad, esa es la gran tragedia”.

Inmigrantes. Actualmente hay en Euskadi 188.213 personas de origen extranjero, según Ikuspegi, que representan el 8,6% de la población. De estas, 97.807, es decir, el 52%, son mujeres; mientras que 90.406 son hombres.

Evolución. Entre 2012 y 2014, la llegada de inmigrantes a la CAV cayó ligeramente debido a la crisis económica, pero a partir del año pasado, la tendencia ha vuelto a ser al alza.

Por sectores. Las cifras de autorizaciones de trabajo a personas extranjeras en 2015 indican que hubo 146 concesiones para el sector agrario; 285 para la industria; 264 para la construcción, y 7.400 para el sector servicios.

Perfil del inmigrante. De los 7.400 trabajadores del sector servicios que consiguieron autorización para trabajar en 2015, el 80% eran empleadas del hogar. El perfil que demanda actualmente la sociedad vasca es el de mujer latinoamericana para trabajos relacionados con el hogar.

Paro. En 2008, la tasa de paro entre la población inmigrante era del 9,35%; actualmente supera el 37%.