Londres - Actualmente, más de 125.000 estudiantes de la Unión Europea están estudiando en universidades del Reino Unido, lo que supone alrededor del 5% del total. Sin embargo, las solicitudes para los que quieren venir a hacerlo a partir del próximo curso académico cayeron un 9% en comparación con el año pasado. Este dato supone la primera caída que se ve en años.
Esta cifra se da como consecuencia de la victoria del Brexit del pasado 23 de junio y el temor a que las tasas académicas para los ciudadanos europeos, que en la actualidad pagan lo mismo que los británicos, pasen a costar lo mismo que las del resto de ciudadanos extranjeros, que en muchos casos pagan hasta el doble. Además, hasta ahora los estudiantes comunitarios también tienen acceso a los mismos préstamos que los estudiantes británicos.
Una garantía del Gobierno británico a comienzos de octubre sobre la financiación de los estudiantes europeos para el curso 2017-2018 aseguró que las tasas seguirán al mismo precio, pero fue anunciado apenas cuatro días antes de la fecha límite para la entrega de solicitudes y sin garantías de que se mantengan en los años sucesivos.
UCAS, el servicio responsable del proceso de admisión universitario en Reino Unido, sugirió que la caída podría ser debido a la incertidumbre generada por el Gobierno, que ha dejado a potenciales estudiantes de la UE en áreas como medicina, la odontología y veterinaria con miedo a si podrían seguir con sus estudios desembolsando los mismos honorarios partir de su segundo curso académico.
Tras confirmarse la salida de Londres de la Unión Europea en el referéndum del 23 de junio, el Gobierno de la primera ministra, Theresa May, no aclaró de inmediato si los citados estudiantes obtendrían el mismo trato. Para la directora ejecutiva de UCAS, MayCurnock Cook, está claro que este hecho podría haber contribuido directamente a la caída de los solicitantes, si bien reconoció que puede “haber margen para una recuperación”.
Por su parte, el ministro británico de Universidades, Jo Johnson, trató de defender cómo los estudiantes internacionales hacen “una contribución importante a nuestras universidades y queremos que esto continúe”. Así, el político conservador también confirmó el gran esfuerzo que los rectores han puesto para que se aclare la situación de los estudiantes de la UE en los últimos meses.
Para Johnson, en junio “se actuó con rapidez” para proporcionar garantías de financiación inmediata para los estudiantes existentes y para los que están en el proceso de aplicar para el siguiente curso académico. Asimismo, la presidenta de las Universidades de Reino Unido, Julia Goodfellow, reconoció la importancia de la decisión: “Es bueno ver que el Gobierno haya reconocido el valor de los estudiantes de la UE y haya actuado positivamente para garantizar su acceso al apoyo financiero”.
Mientras, un portavoz del gobierno intentó quitar hierro al asunto explicando que aún “es demasiado pronto” en el ciclo de aplicaciones para predecir tendencias fiables, mientras que defendió como positivo el aumento general del resto de candidatos, pues las solicitudes de estudiantes del Reino Unido subieron un 3% hasta situarse en los 39.440 y las aplicaciones de fuera de la UE hicieron lo mismo en un 1%. Por el momento, los dos mayores grupos de estudiantes internacionales que vienen al Reino Unido sonde China con 20.000 estudiantes, seguido de la India con 4.500.
El caso de escocia El momento controvertido se produjo cuando el responsable de Educación para Escocia, John Swinney, aseguró que en su territorio se empezará a cobrar las 9.000 libras anuales de matrícula a los estudiantes de Grado a los estudiantes de Inglaterra, de Irlanda del Norte y de Gales, si bien mantendría la actual matrícula gratuita a los que proceden de países de dentro de la Unión Europea para los cuatro años que duren sus estudios.
Swinney fue acusado de discriminación, pero éste quiso simplemente defender que está “orgulloso de que Escocia es un destino que eligen los estudiantes de la UE”. Por ello, les dejó clara una garantía adicional mediante la confirmación de que el Gobierno de Escocia seguirá ofreciendo matrícula gratuita durante los cursos que comienzan en el año académico 2017-18. Escocia tuvo a 13.450 estudiantes de la UE en las universidades año pasado, calculando que le cuesta a los contribuyentes escoceses más de 75 millones de libras.
Otra parte del sistema educativo que se podría ver afectado por el Brexit es el programa de movilidad Erasmus, pues Londres sigue sin aclarar si seguirá participando en el futuro y en qué condiciones lo haría. Según datos del 2014, Reino Unido recibió a 27.400 estudiantes en este programa, siendo Edimburgo, Glasgow y Sheffield, las universidades más demandadas. Una opción para Londres es seguir el modelo noruego, que sí incluye intercambio y convalidación de estudios, pero otra pasaría por seguir el suizo, que dispararía los precios de la matrícula.
En el caso de Euskadi, los últimos datos oficiales apuntan a que las tres universidades vascas envían a una media de 2.000 alumnos al año a completar un año Erasmus a una universidad europea, siendo Italia, Francia y Alemania los destinos preferidos de los estudiantes vascos, si bien Reino Unido no está entre los destinos más demandados.