donostia - Blindarse contra el virus por excelencia del invierno, la gripe, es el objetivo de la campaña de vacunación que comenzará el próximo lunes en Euskadi. Osakidetza fija su mirada en embarazadas, profesionales sanitarios y trabajadores sociales, colectivos de riesgo con una tasa todavía baja de profilaxis. La vacunación, que arrancará el próximo lunes y se prolongará hasta el 17 de diciembre, es totalmente segura y eficaz. De hecho, de las 367.000 dosis administradas el año pasado solo seis personas sufrieron una reacción adversa, que fue leve.

El consejero de Salud, Jon Darpón destacó, en la presentación de la campaña que, a pesar de que exista la percepción de que la gripe es una enfermedad menor, “en los grupos de riesgo como las personas de más de 65 años, los enfermos crónicos y las mujeres embarazadas puede acarrear complicaciones graves y generar fallecimientos, algo que ocurre todos los años”.

Según los datos de la temporada anterior, el 63% de las 174 personas que sufrieron complicaciones por este virus y que presentaba factores de riesgo no se había vacunado. Un 38% de estos casos precisaron ser ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos. La gripe causó el año pasado 22 fallecimientos de pacientes hospitalizados, el 37% de los cuales no estaba vacunado a pesar de pertenecer a grupos de riesgo.

En los últimos años la vacunación se ha ido desplazando progresivamente en función de la previsión de llegada del virus, condicionado por la buena climatología. Este año se prevé que tenga una intensidad media o moderada ya que las cepas que se espera circulen son de tipo B y las H1N1 y H3N2, del tipo A, con una incidencia similar a la de otros inviernos. Para combatirlas, Osakidetza ha adquirido 380.000 dosis con un coste de 1,2 millones de euros.

El pico de epidemia se ha alcanzado en los últimos años ya bien entrado el mes de enero. De ahí que las autoridades sanitarias hayan optado por retrasar la administración del antídoto, y garantizar la inmunidad para cuando la gripe esté en pleno apogeo y no arriesgarse a que pierda efectividad llegado el momento en que se requiera más protección.

Que la gripe no te acompañe Para sensibilizar a una mayor cantidad de público, este año Osakidetza ha lanzado un impactante cartel basado en La Guerra de las Galaxias. Así, la imagen de la campaña está protagonizada por dos de los personajes más conocidos de la saga, la princesa Leia y Obi Wan-Kenobi, que sustituyen la espada láser por un termómetro con la leyenda Que la gripe no te acompañe.

Darpón realizó un especial llamamiento a las embarazadas, el grupo más reciente en ser incluido entre los colectivos de riesgo, que el año pasado contó con una tasa de vacunación del 26%, veinte puntos más que en 2013. También es esencial la vacunación entre los profesionales sanitarios ya que contribuyen al control de las epidemias porque “pueden ser un foco de transmisión”. Sin embargo, apenas un tercio de los sanitarios se somete a la profilaxis contra la gripe. Los porcentajes más elevados de vacunas se sitúan, por el contrario, entre los mayores de 65 años (60%) y en los enfermos crónicos (63%).

Al igual que en años anteriores, Osakidetza ha establecido un plan de contingencia que permitirá la apertura de 450 camas con carácter extraordinario, si es necesario, y el refuerzo del personal médico y de enfermería en los servicios de mayor demanda como las urgencias de los hospitales. El seguimiento epidemiológico se llevará a cabo mediante la red de médicos vigía que informan a las autoridades sanitarias sobre el número de casos registrados, los laboratorios que confirman las cepas y los sistemas de información que registran los casos más graves.

Sin embargo, una amenaza se cierne sobre esta campaña y es el famoso decreto de la prescripción enfermera, tal y como ha avanzado la Mesa de la Profesión Enfermera, formada por el Consejo General de Enfermería y el Sindicato Satse. Estas asociaciones han alertado del vacío legal existente que puede llegar a colapsar las vacunaciones.

Según el decreto, los enfermeros no pueden vacunar sin la correspondiente indicación médica. Es decir, no pueden realizar ninguna actuación terapéutica relacionada con el medicamento si no va acompañada de una prescripción médica de forma oficial. De este modo, los pacientes tendrían que ir primero al médico para recibir la correspondiente prescripción de la vacuna y después ir a la enfermera para que se la administre, ya que si las enfermeras la administraran directamente podrían estar incurriendo en un delito de intrusismo profesional tipificado en el Código Penal. Del mismo modo, estarían vulnerando el Código Deontológico de la Enfermería, que establece que “la enfermera no debe aceptar el cumplimiento de una responsabilidad que no sea de su competencia”.