donostia - El popular corredor de encierros Julen Madina, de 61 años, permanecía anoche en estado crítico ingresado en el Hospital Donostia tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza cuando ayer hacia las 13.30 horas se bañaba en la playa de la Zurriola. Según explicaron fuentes sanitarias, una fuerte ola provocó que el hernaniarra perdiese el control y se golpease la cabeza contra una superficie dura, previsiblemente el fondo marino. A consecuencia de ello, Madina padece gravísimas lesiones cerebrales, por lo que se encontraba en estado crítico.

El hombre nadaba en en la parte central del arenal, acotada para bañistas y que en ese momento estaba señalizada con bandera amarilla. Precisamente, durante la mañana también fueron atendidas otras dos personas por contusiones leves sufridas en esa misma zona de la playa, según explicó la Cruz Roja.

Nada más observar que el bañista había tenido el accidente, los socorristas reaccionaron con celeridad y sacaron del agua a Madina, quien había acudido a la playa en solitario. Ya en la arena iniciaron las maniobras de reanimación tras comprobar que había entrado en parada cardiorrespiratoria. Dada la gravedad del herido, dos ambulancias de Osakidetza se desplazaron a la Zurriola para atender con más medios a Madina. Los servicios sanitarios actuaron durante cerca de 45 minutos para recuperar sus constantes vitales. Poco después lograron recuperar su pulso y fue evacuado al Hospital Donostia, donde ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con pronóstico muy grave. Según fuentes sanitarias, Madina sufrió un desplazamiento en las vértebras cervicales y su situación era muy “complicada”. Las proximas horas resultarán cruciales para conocer su evolución.

El percance de ayer no es el único padecido por Madina este verano, convertido en un conocido personaje por su participación en los encierros de San Fermín. El pasado 25 de julio, el hernaniarra fue golpeado por un toro en el primer encierro de Tudela, a consecuencia de lo cual sufrió una contusión torácica y cervical. El astado, que apretó mucho la entrada a la plaza y se escoró a la derecha, se llevó por delante al corredor, que, pese al golpe, se levantó por su propio pie. - DNA