Bilbao - La Universidad del País Vasco (UPV/EHU) progresa adecuadamente, aunque arrastra un déficit claro a la hora de captar financiación privada a través de patentes y fondos privados de investigación aplicada. Así lo constata el último informe de fiscalización de la actividad de la UPV/EHU elaborado por su Consejo Social. Este órgano constata que en el último curso analizado (2013-2014), la UPV/EHU ha mejorado en 12 de los 20 indicadores clave que ofrecen una visión global de la evolución de la actividad de la universidad pública a corto y largo plazo: tasa de abandono, producción científica, ingresos, internacionalización.

En el lado positivo, el informe destaca la mejora en el ámbito de la docencia, en el que las tasas de abandono, de éxito y de rendimiento registran una evolución favorable en el corto y largo plazo, “denotando una clara mayor eficiencia”. Al mismo tiempo, la tasa de realización de prácticas voluntarias registra una interesante línea ascendente que “conecta” con la, cada vez más demandada, mejora en la interrelación entre la universidad y la realidad económica y profesional del entorno. Pero la UPV/EHU sigue sin explotar todo su potencial de cara a el sector privado.

El dinero público es la principal fuente de ingresos de la UPV/EHU. Y a pesar de la crisis, el alto nivel de la financiación autonómica (322 millones de euros) ha permitido sostener un elevado gasto por estudiante. De hecho, la UPV/EHU encabeza la lista de universidades públicas con un gasto de 9.454 euros por estudiante, un 40% más que la media del conjunto de universidades del Estado (6.494 euros). Otra vía de financiación importante son las tasas, por las que la UPV/EHU ingresó 41,3 millones de euros, en la línea de ejercicios anteriores ya que en plena escalada del precio de las matrículas en el Estado, Euskadi solo aplicó una subida del IPC.

El resto de la financiación depende directamente de la capacidad de la UPV/EHU de tender puentes con el sector privado y comercializar los resultados de sus grupos de investigación a través del registro de patentes. La crisis económica y la naturaleza propia del tejido productivo vasco -en el que el 90% son PYMES- han provocado un retroceso en este ámbito. Según el informe, los fondos destinados a financiar las actividades de I+D de la universidad vasca sufrió un recorte del 25% respecto al curso anterior. En total, la UPV/EHU ingresó por este concepto casi 72 millones de euros, de los que casi el 67% salen del Gobierno vasco, el 14% son aportaciones del Estado y el 8,8% de convocatorias internacionales como, por ejemplo, Horizonte 2020 de la UE.

Mientras que la tasa de ingresos de I+D por contratación directa por parte de terceros en el conjunto de las universidades del Estado se sitúa cerca del 35%, en la UPV/EHU se reduce al 10,8%, un 25% menos que en 2012. En este sentido, el Consejo Social señala que “la UPV/EHU se sitúa muy por debajo del promedio obtenido para el conjunto de las universidades públicas y ocupa el último lugar del grupo de universidades de referencia que componen el G9”. Un grupo en el que, dicho de paso, no se encuentra ninguna de grandes politécnicas como la de Catalunya, Madrid, Valencia o Sevilla que son las que se llevan la palma en captación de fondos privados.

La falta de atractivo o la distancia que separa a la universidad vasca del tejido productivo no es fruto de la desfavorable coyuntura económica, o no solo. El hecho es que nunca desde que existen datos (2003) el promedio de fondos privados se ha acercado a la media de las universidades estatales. Y desde 2009, año en el que la inversión privada en I+D tocó techo alcanzando un 23,7%, la situación no ha hecho sino caer 13 puntos, hasta el 10,8%. Y por el lado de las patentes, un indicador importante para determinar la orientación comercial de la investigación, la situación no es mucho mejor aunque se sitúa en la zona media de la tabla. En 2013, la UPV/EHU registró 59 patentes, 20 menos que en 2012 y 32 menos que en 2011, año en el que se registró el máximo en el histórico.