bilbao - Las personas amputadas o con problemas de movilidad están en pie de guerra por el nuevo catálogo del Ministerio de Sanidad que recorta la prestación de las prótesis e impone precios excesivamente baratos a productos para ellos esenciales. Este tijeretazo impide que el usuario consiga un buen dispositivo o financie la diferencia si quiere acceder a prótesis más útiles, una necesidad frecuente entre las personas jóvenes y en edad de trabajar. No piden artículos de oro ni de titanio sino el acceso a ortesis y prótesis modernas ya que ésa es la primera barrera que los afectados deben vencer para obtener algún grado de independencia.

Las prótesis no son un lujo, son una necesidad. Lo sabe bien Úrsula Córdoba, de 44 años, que tuvo ser amputada de las dos piernas debido a la diabetes que sufría. En la comunidad valenciana, donde reside, le pusieron “las prótesis más bajas” y la condenaron a una silla de ruedas. Después, relata, tuvo acceso a unas prótesis básicas que le costaron 8.000 euros, de los que le financiaron 4.000 euros, y que le han dado “calidad de vida”.

No es el caso de Ángel Martínez, un madrileño de 38 años que, tras una grave neumonía sufrió un shock séptico, con fallo multiorgánico y una necrosis causada por uno de los fármacos, perdió las extremidades superiores e inferiores. Le tuvieron que amputar el brazo derecho, cuatro dedos de la mano izquierda y ambas piernas por debajo de la rodilla. Ángel intenta recuperar su vida, pero las prótesis que necesitaría no figuran en el catálogo que ha preparado el Ministerio de Sanidad y, tendría que pagar de su bolsillo un dinero del que no dispone para disfrutar de una existencia digna.

Y todo porque el catálogo común de prótesis externas propuesto por el Ministerio de Sanidad es “técnicamente inviable y preocupantemente excluyente”, tal y como afirma la Federación Española de Ortesistas y Protesistas (Fedop), que alerta del riesgo evidente de exclusión para miles de personas amputadas e insta al gobierno a que reconozca que en el mundo de la ortopedia no existe una “receta única”, sino soluciones adaptadas a cada caso.

a la cola de europa “España está a la cola de Europa, y se siguen financiando prótesis antiguas, que pesan mucho y acaban provocando enfermedades”, denuncia asimismo Carlos Ventosa, presidente de la Asociación Nacional de Amputados (Andade), quien recuerda que en España hay unas 68.000 personas con una amputación de una extremidad inferior o superior que “ven mermada su calidad de vida” al no poder disponer de mejores dispositivos. Cabe destacar que dos personas de cada mil en España han sufrido algún tipo de amputación, siendo la diabetes la principal causa en un 70% de los casos, seguida de enfermedades cardiovasculares y de traumatismos, el 37% en estos últimos, debidos a accidentes de tráfico.

Los afectados -entre los que se encuentran víctimas de la talidomida o de polio- también se suman a estas protestas y han salido a la calle a movilizarse y hacer oír sus quejas en contra del borrador del nuevo catálogo. Un documento que aún no ha sido aprobado, pero que temen “vea la luz con nocturnidad y alevosía”. “La nueva medida que se pretende aprobar afecta a la salud y la calidad de vida de todas estas personas y a las de aquellas que precisen alguna de estas ayudas en su día a día”, critican.

El vicepresidente de Fedop, Pablo Pérez, se muestra preocupado. “El gran problema de este catálogo es que en el momento en que Sanidad establece un precio máximo, los usuarios no pueden optar a ningún producto por encima de este valor, lo que dejaría fuera de la financiación pública el 90% de los productos de las dos principales casas comerciales de prótesis a nivel mundial. Hasta ahora, los pacientes podían mejorar los productos del catálogo y acceder a uno mejor pagando la diferencia entre el que financia el sistema y el elegido”.

“Los usuarios no se han dado cuanta de dónde estamos, pero cuando se ponga en marcha el nuevo catálogo, va a haber cantidad de gente que está ahora con una determinada silla o prótesis que no va a poder renovarla”, se queja Pérez.

Además, en los últimos años se han desarrollado nuevos modelos de prótesis que permiten la acumulación de energía o llevan incorporado un microprocesador para ofrecer una mayor movilidad. Sin embargo, lamenta el presidente de Andade, solo un pequeño porcentaje de los amputados puede acceder a ellas. De hecho, Ventosa admite que estarían dispuestos a un cierto copago siempre que el SNS financiara una parte del coste de estas prótesis más modernas, como se hace en otros países. Además, también critica que luego algunas comunidades autónomas deciden “por su cuenta ofrecer unas prótesis u otras dando lugar a amputados de primera y amputados de segunda”.

Las quejas de los afectados son un suma y sigue. Se sienten marginados porque las personas con amputaciones por cuestiones de salud apenas reciben ayudas, mientras que, sin embargo, los que han sufrido un accidente de tráfico, un siniestro laboral o una negligencia médica tienen acceso a los últimos avances técnicos en esta materia al estar cubiertos por seguros privados.