GAsteiz - Las percepciones y actitudes hacia la inmigración extranjera están muy ligadas a la evolución de la economía y del mercado laboral. Antes del estallido de la crisis, en 2007, el 72% de la población vasca apoyaba la necesidad de contar con la inmigración para trabajar en algunos sectores de la economía. Este año, el porcentaje se sitúa en el 44,7%. “La visión funcional y utilitarista de la inmigración con respecto al mercado laboral, es decir, que se adaptaban bien al mercado laboral, se erosionó considerablemente con el impacto de la crisis”, asegura el Barómetro 2016 de Ikuspegi, presentado ayer en Gasteiz por el consejero de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco, Angel Toña, el director del Observatorio Vasco de Inmigración, Gorka Moreno, y el vicerrector de Investigación de la UPV/EHU, Fernando Plazaola.

Este informe muestra cómo, desde 2007, el apoyo a la inserción laboral de los inmigrantes fue bajando año tras año hasta 2014, cuando llegó al 30,5%. Sin embargo, desde entonces, ha experimentado un repunte, 42,2% en 2015 y 44,7% en 2016, asociado a una mejor percepción de la situación económica por parte de la sociedad vasca. Asimismo, el 65,8% de las personas consultadas aseguró que no le preocupaba que la llegada de personas extranjeras pudiera afectarle negativamente a la hora de encontrar trabajo, el porcentaje más alto desde el inicio de la crisis económica.

Así, según el Barómetro 2016, la percepción de la inmigración como problema se ha ido reduciendo con los años por detrás del desempleo (percibido como un problema para el 85,5% de los consultados), los problemas de índole económica (26%) y la corrupción y el fraude (13,8%). La inmigración se sitúa en cuarta posición, con un 12,3%. Ikuspegi considera que el “deterioro” de las actitudes hacia este sector de la población ha estado muy ligado a la crisis económica y que la actual “mejora” del contexto económico ha empezado a “revertir” este proceso.

Así, esta mejora se ve como un factor “decisivo” a la hora de mejorar las actitudes de la sociedad vasca hacia la población de origen extranjero. Según Gorka Moreno, también ayuda que la opinión pública viva con menos crispación este tema y que se hayan alejado de los discursos políticos las críticas a la inmigración y los debates “interesados”.

RGI En general, los estereotipos negativos ligados a las personas inmigrantes bajan en intensidad con respecto al barómetro de 2015, pero la sociedad vasca sigue mostrándose más recelosa en cuestiones laborales, culturales y de protección social que en otras, como la educación o la sanidad. Otra conclusión que se desprende del informe de este año es que cada vez menos vascos piensan que las personas extranjeras se acaparan la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). Así lo cree el 54% de los consultados, 12 puntos menos que hace cinco años.

Un 28,7% de las personas consultadas considera que los inmigrantes deberían tener acceso en las mismas condiciones que los autóctonos a la RGI, frente al 63,8% que considera que no. En cuanto a las viviendas de protección oficial, un 22,5% cree que deberían tener acceso frente al 66,5% que opina lo contrario. Para la sociedad vasca, estos derechos, así como la asistencia jurídica, el voto y la reagrupación deben ser para los que tengan regularizada su situación.