lo decía el pasado martes la consejera Arantxa Tapia en DNA. John Garamendi, el congresista demócrata, nieto de Saturnino Garamendi, ha tenido mucho que ver con la presencia de Euskadi en la explanada del National Mall de Washington. El político californiano nunca ha olvidado sus raíces, el legado que su abuelo llevó a Norteamerica desde Ispaster hace ya un siglo. Tanto es así que la influencia vasca de Garamendi ha llegado hasta el mismísimo despacho oval, primero con Clinton y más tarde con Obama. El martes, John Garamendi acudió al encuentro con la delegación vasca y repartió, al igual que su mujer Patty, besos y abrazos por doquier. “Hello, where are you from?”, preguntaba a cada unas de las personas que se acercaban a saludarle. Si la respuesta era Bilbao, Donostia o Gasteiz, el abrazo estaba asegurado. Mr and Miss Garamendi no llegaron solos. Rafa Antxia, hijo de un pelotari y una vasca-mexicana, también asistió al acto previo a la inauguración oficial del Folklife Festival. Al igual que David Bieter, alcalde de Boise. Los tres son piezas fundamentales en lo que se ha dado en llamar el lobby vasco en el Capitolio. La importancia de la diáspora se deja notar en actos como el del Smithsonian.

Delegación política. Una delegación de la política vasca está en Washington para vivir en persona el Folklife Festival, entre ellos, Andoni Ortuzar (PNV), Javier de Andrés (PP) y Urko Aiartza (EH Bildu). La socialista Isabel Celaá fue invitada a los actos.

Cóctel inaugural. Todos los representantes políticos desplazados hacia Washington asistieron el martes al cóctel inaugural que el Smithsonian organiza para las culturas invitadas de la presente edición: Euskadi y los sonidos de California.