Conducción acompañada. El acompañante del menor tendrá que cumplir dos requisitos: tener al menos cinco años de carné de conducir y no haber perdido ningún punto. No vale tener los 15 tras haber recuperado alguno.

Formación. La formación en educación vial empezaría en primaria. Para poder conducir a los 16 años acompañado de un adulto cualificado deberá haber estudiado esta materia en primaria y secundaria y contar con un certificado que lo acredite.

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Según la propuesta, la edad mínima para conducir se reduciría a los 16 años, momento en el que se permitiría la conducción acompañada.

Menores de 16 años al volante? La propuesta vuelve a estar sobre la mesa de la Dirección General de Tráfico. A esa edad se optaría a un carné de conducir provisional con el que los jóvenes podrían circular acompañados por un adulto cualificado hasta alcanzar la mayoría de edad. Los requisitos para el acompañante serían contar con más de cinco años de experiencia al volante y no haber perdido ningún punto del carné. Un requisito para el menor conductor sería, por su parte, haber recibido formación en educación vial tanto en primaria como en secundaria, con un certificado que así lo acredite. La propuesta, una idea en la que se lleva trabajando tres años, parte de la Fundación del Colegio de Gestores Administrativos, que colabora con la DGT y la Universidad Complutense de Madrid. Pero el debate sobre la edad mínima para conducir lleva años abierto.

De hecho, permitir conducir a menores acompañados es una idea que ya estuvo en los planes de Tráfico en la etapa anterior, bajo la dirección de Pere Navarro, pero no llegó a materializarse. La propuesta actual se encuentra aún en una fase inicial, que deberá desarrollarse a lo largo de la próxima legislatura. “Y esto no significa que mañana ni dentro de dos meses puedan conducir los jóvenes de 16 años acompañados de un adulto cualificado”, explica Adolfo Peñaranda, director provincial de Tráfico, quien deja claro que se trata de una medida que podría entrar en vigor en el medio-largo plazo. Y es que, una vez aprobada, la primera generación de conductores de 16 años deberá haber recibido formación en educación vial en primaria y secundaria.

La idea inicial de la Fundación del Colegio de Gestores Administrativos era implantar una asignatura obligatoria en los colegios, sin embargo esa aspiración se descartó finalmente. Peñaranda explica que, según la propuesta actual a debate, esta materia se distribuiría entre el resto de las asignaturas del plan escolar. La impartirían, por tanto, “los profesores habituales de las otras asignaturas”. “Sería una educación vial integral, es decir, que podría tratarse en las demás asignaturas, que tendrían que tener una lección relacionada con la educación vial”, apunta. En este sentido, según el director de Tráfico de Bizkaia, los profesores no necesitarán recibir ningún tipo de formación específica.

En los últimos años, la importancia de la educación vial gana terreno en el debate. “Cuanto antes se empiece con la educación vial, mejor, porque son hábitos que se adquieren que luego permanecen. Si empezamos desde niños a enseñarles educación vial, las señales que ven en la calle, eso se les queda para siempre”, opina Peñaranda. De hecho, el director de Tráfico de Bizkaia relaciona la educación vial con la siniestralidad. “A la hora de establecer causas de la siniestralidad todavía se encuentran algunos accidentes que son causados por personas que han adquirido una enseñanza de prisa, amontonada. A veces ese tipo de enseñanza se asimila bien, otras no tanto. Además, la siniestralidad no siempre viene por parte del conductor, puede ser también del peatón, de ahí de nuevo la importancia de la educación vial desde niños”, explica.

Peñaranda reconoce como un fallo del sistema actual el tipo de formación que reciben los aspirantes a conductor. “Es muy brusco y encaminado únicamente a obtener el permiso de conducir. La gente se forma en un mes, dos meses”, lamenta. Una apreciación que comparte Iñigo Montenegro, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Bizkaia (Apavi). “El aspirante a conductor no está obligado a cumplir un programa ni un mínimo de clases, con lo que al final la autoescuela puede convertirse en un mero gestor para tramitar una documentación ante la administración. Luego todo depende del examen. A mí me parece erróneo, porque lo que supone es que las autoescuelas se están vaciando, los alumnos intentan estudiar a través de internet, aprenderse las preguntas de memoria y cuando asisten a las clases prácticas no distinguen un semáforo en ámbar. Estamos dando facilidades para que la gente se examine, para que la gente se saque el carné, para que resulte más barato, pero creo que al final no tenemos conductores bien formados. Aprueban, sí, pero no tienen conocimientos”, subraya.

Sin embargo, Montenegro considera que la formación tiene que venir de un especialista. “Puede especializarse a los formadores de los colegios o pueden trasladarse los formadores de autoescuelas de forma puntual a impartir esa materia”, propone.

Examen final La propuesta incluye la necesidad de un certificado escolar que acredite que el aspirante a conductor ha superado la formación y, solo a partir de ahí, podría comenzar a conducir acompañado de un adulto cualificado. Sería a partir de la mayoría de edad cuando podría empezar a circular solo. Sin embargo, la DGT aún no tiene claro la forma de obtener el carné definitivo. “A nuestro juicio esa formación se queda corta. Habría que hacer otra prueba más. Y tendría que hacerla la administración, es decir, la Dirección General de Tráfico. Podría ser un examen teórico y después una prueba práctica. También podrían ser un mínimo de clases prácticas en una autoescuela. Falta por concretar”, explica Peñaranda.

El presidente de Apavi ve el modelo alemán de conducción acompañada como el más idóneo de los que están en vigor actualmente. “Lo que se trata es que el alumno viene a la autoescuela, nombra un tutor y durante un tiempo conduce con ese tutor. Este, por supuesto, tiene que cumplir una serie de requisitos como tener el carné desde hace un tiempo y no haber recibido sanciones durante un tiempo determinado e, incluso, pasar un cuestionario. La idea es que sea un conductor ejemplar que sirva de ejemplo al aspirante a conductor. Después, el alumno acude a unas clases mínimas a la autoescuela y a partir de ese momento se puede examinar”, explica. Y es que, para Iñigo Montenegro, “la autoescuela tendría que dar un curso mínimo y, luego, el alumno tendría que pasar un examen”.

A la cuestión fundamental, ¿está un joven de 16 años preparado para coger el volante?, Peñaranda y Montenegro tienen diferentes opiniones. “¿Y uno de 80 puede conducir?”, cuestiona el director de Tráfico de Bizkaia. “No hay verdades absolutas. Lo mismo que decimos que una persona de 70 u 80 años puede conducir si tiene sus condiciones psicofísicas correctas y contrastadas por un centro de reconocimiento de conductores, eso también puede aplicarse a los chavales de 16 años. Los habrá preparados para ello y los que no”, añade. Por su parte, Montenegro opina que “no”. “Pienso que se necesita más madurez. Otra cosa es que pueda empezar a formarse acompañado de otra persona o que acuda a la autoescuela a tomar unas clases, vale, pero para conducir necesita más madurez”, sostiene.