B ucean por Internet como alevines, pero prefieren hacer cola frente a la ventanilla para realizar operaciones bancarias. Por eso, el anuncio del progresivo cierre de sucursales por parte de algunas entidades no ha sido bien recibido por los clientes más veteranos. “Alguna salida nos tendrán que dejar a las personas mayores”, confía Juan Ignacio, un jubilado que lleva a cabo sus gestiones llamando por teléfono al banco porque le resulta “más cómodo”.

Tampoco Joseba Eguiraun, un psicólogo retirado de 77 años, se ha entregado a la causa de la banca on line, pese a que utiliza el ordenador para “escribir, trabajar con fotos y mandar y recibir correos”. “Fuera de eso -aclara- no quiero saber nada. Internet no me da seguridad en el manejo del dinero, ni de las cuentas, ni para hacer compras”, detalla.

Joseba ahora está que trina porque para emitir una factura por unos trabajos realizados la administración le solicita una firma electrónica. “Me molesta mucho porque me complica lo poco que sé de funcionamiento. Eso exige instalar un software distinto, he tenido que comprar un lector de tarjetas... Para mí es un lío y aquí estoy esperando a ver si mi hijo me ayuda a manejar esto”, explica.

El hágaselo usted mismo, que derivó la puesta a punto de las cartillas y otras gestiones a los cajeros, dará otro paso con la eliminación de sucursales. “No será inminente, pero sí poco a poco. Crearán problemas a mucha gente, que no tendrá más remedio que pasar por Internet porque van a tener lejos las sucursales, les van a poner pegas y les van a hacer meterse por el aro”, afirma. Por no haber, augura, no habrá ni recibos impresos. “Mi generación y quizás otras dos más usaremos el papel en la medida que nos dejen, pero los que vengan después, ni para el periódico. Todo va a ser a través de internet y por ahí nos meterán a todos. Es una tendencia imparable”.

“Ah, ¿pero tienes internet?” Dice Joseba que se codea con gente titulada de su edad “que se defiende muy bien en Internet” y con otra “gente mayor que ha sido trabajadora y ha pasado” de subirse al tren de las nuevas tecnologías. “No les interesa nada porque les cuesta entenderlo y no le ven utilidad. Si hablan por teléfono con sus familiares, ¿para qué quieren un mail?”, comenta.

Ramón Urrutia, presidente de la asociación para el aprendizaje permanente de las personas mayores Hartu Emanak, conoce a algún que otro venerable internauta que realiza compras o alguna transacción por la red, aunque son los menos. Mª Pilar Abad, que navega que se las pela, a sus 87 años se entiende mejor con los jóvenes. “La gente mayor se cruza de brazos cuando comento algo que me han mandado por mail: Ah, ¿pero tienes Internet? Pero si hace mucho que está... No puedes cerrar los ojos ante una realidad que, pese a tener peligros, es buena”.

Uso de Internet. Según los datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística el año pasado, estos son los usos dados por los internautas de entre 16 y 74 años a la red en los tres meses previos al sondeo: el 84,5% usa internet para recibir o enviar correos electrónicos; el 82,7% lee o descarga noticias; el 72,2% busca información sobre bienes y servicios; el 61,9% juega o descarga juegos, imágenes, películas o música y el 54% utiliza servicios relacionados con viajes y alojamiento.

Banca electrónica. E 56,8% de los internautas de 16 a 74 años ha utilizado la banca electrónica en los últimos tres meses.

Administración pública. Según la citada encuesta, en Euskadi el 61% de las personas ha contactado o interactuado con las administraciones o servicios públicos por internet por motivos particulares en los últimos 12 meses.