Madrid - Las ONG que trabajan en la prevención del VIH alertan del uso intencionado entre los gays de ciertas drogas para tener relaciones sexuales, un fenómeno denominado chemsex, generalizado en Estados Unidos e Inglaterra, y que también se da en España aunque aún no está cuantificado.
Entre las drogas que más se usan están el GHB, mefedrona o tina (cristal meth), que provocan euforia y desinhibición y pueden conducir a largas sesiones sexuales, de horas o incluso de días. Cuando se inyectan se denomina slamsex. Aunque el consumo de sustancias para tener relaciones sexuales no es nuevo entre gays, sí se ha generalizado en los últimos tiempos y hace unos cinco años que se le puso nombre. Estas prácticas tienen importantes repercusiones para la salud, pues pueden contribuir a la transmisión del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS), así como del virus de la hepatitis. Además, pueden interferir en el tratamiento antirretroviral.
Así lo aseguró ayer en rueda de prensa María José Fuster, directora de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), quien precisó que un 35% de los pacientes con VIH se salta la dosis del tratamiento intencionadamente si saben que van a consumir drogas. Aunque las ONG insisten en que no hay que alarmar, reconocen que en España el fenómeno se está produciendo y “no se le puede dar la espalda”, advirtió Jorge Garrido, director de Apoyo Positivo.
generalización La generalización del chemsex se debe principalmente al uso de las redes sociales y al auge de webs y apps para móviles que han ampliado las posibilidades de tener relaciones sexuales entre el colectivo, explicó Toni Poveda, director de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (Cesida).
Pero también a la aparición de nuevas drogas más asequibles por su bajo precio y a la popularización de ciertas prácticas sexuales, agregó Juanse Hernández, presidente del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt). El chemsex básicamente se realiza en fiestas privadas en domicilios particulares. En Inglaterra ya se ha estudiado el fenómeno y se calcula que en Londres pueden celebrarse de 80 a 100 fiestas durante el fin de semana. - Efe