elgoibar - Un importante desgaste “en las cervicales de la espalda” propició que la elgoibartarra Luisa Gómez, de 47 años, se viera obligada a abandonar la vida “normal, como la de cualquier persona trabajadora” que llevaba. Sus dolencias le hicieron tener que renunciar a su anterior empleo, pero no estaba dispuesta a quedarse de brazos cruzados y lamentándose por su mala suerte.
Con la esperanza de superar los problemas en su sistema neuromuscular, decidió pasar por el quirófano y someterse a una operación que se saldó “con tres discos sustituidos y varias sujecciones metálicas en la espalda”.
En agosto se cumplirán cuatro años de aquella operación y desde entonces ha dedicado todo el tiempo que ha podido a preparar los exámenes de la Oferta Pública de Empleo (OPE) de Osakidetza.
Una vez recuperada de su operación, Luisa Gómez se ve “en perfectas condiciones” para desempeñar un puesto como el de Auxiliar Administrativo al que opta en estas oposiciones. Un informe médico así lo acredita.
El único inconveniente es que, según explica, “no tengo flexibilidad al bajar el cuello y si me veo obligada a forzarlo luego tengo unos dolores insoportables”. Para evitarlo, “me basta con tener una silla en la que pueda reposar la espalda y una mesa regulable en altura”.
Precisamente, eso es lo que solicitó a los responsables de la OPE de Osakidetza para realizar las pruebas: una silla que le permitiera reposar la espalda y una mesa regulable en altura. En febrero cursó su petición “en los plazos establecidos, realizando todos los trámites oficiales y presentando la documentación requerida”.
Pero, Luisa Gómez sigue sin recibir ninguna respuesta “ni por teléfono ni por escrito”. Y eso que, asegura, “llevo un mes llamando todos los días, pero nadie me dice si el sábado voy a poder realizar la prueba de euskera de las oposiciones con una silla y una mesa adaptadas a mis necesidades”. Y eso que también ha trasladado su caso a la oficina del Ararteko.