Catania - Cerca de 2.700 menores no acompañados han llegado a Italia durante los tres primeros meses de 2016, cuatro veces más que el mismo periodo en 2015. La llamada Ruta de los Balcanes a través de Grecia ha cerrado sus puertas, e Italia se está convirtiendo a cada día que pasa en un destino más atractivo y tentador para los traficantes de personas.

Italia alberga a 113.000 inmigrantes, pero su capacidad de gestión está al límite, y la falta de coordinación amaga con convertir este verano en una tragedia migratoria. “Hay muchos actores implicados”, explicó el psicólogo de atención a menores Daniele Cutugno, “pero parece que todo el mundo está siguiendo su propio guión”.

Por ejemplo: la ausencia de un sistema unificado para gestionar a la comunidad de menores ha creado una especie de embudo por el que los pequeños se ven obligados a permanecer en los llamados “puntos calientes” bajo condiciones perjudiciales e insalubres que los adultos soportan mucho mejor, de acuerdo con el grupo humanitario Terre des Hommes.

“Estamos muy preocupados por la falta de higiene en el puerto de Pozzallo”, según la ONG en relación al que es, ahora mismo, la principal vía de entrada por la costa sur de Italia y escala empleada por los inmigrantes para subir al norte de Europa.

Así, la situación es especialmente seria para menores como Lamin Darboe, de 16 años y procedente de Gambia. Para Cutugno, “es necesario que exista una mayor coordinación entre quién hace qué”. - Efe