BILBAO. "Uno de los retos más importantes en este momento en Euskadi, y en Europa en general, es el de la movilidad, entendiendo por tal la transición de una movilidad contaminante basada en el carbono a una más sostenible, basada en la energía eléctrica y centrada en el transporte público más que en el privado", ha subrayado Oregi en una entrevista con Efe.
La apuesta del Gobierno vasco por la movilidad sostenible forma parte de su estrategia de lucha contra el cambio climático que, según remarca Oregi, "es transversal y abarca políticas en todos los departamentos e instituciones".
Oregi detalla que "la estrategia se despliega en nueve metas atendiendo a los sectores que son fundamentales para la lucha contra el calentamiento, como la transición hacia energías más sostenibles basándonos en las renovables y en la eficiencia energética". "La energía más limpia es la que no se utiliza", resalta.
La consejera insiste en que la clave es "conseguir que nuestra industria, nuestras ciudades, nuestra forma de movernos gaste menos energía, porque así ya hemos hecho parte de la tarea. Y, por otra parte, que la energía que sí tenemos que gastar sea producida de la manera más sostenible y tendiendo a fuentes renovables".
Otras metas de la estrategia son el transporte bajo en carbono, una gestión de los residuos más eficiente y la promoción de la alimentación de proximidad, entre otras.
El objetivo final que se propone el Gobierno vasco con esta iniciativa es "lograr la descarbonización a mediados de siglo, tener un territorio con emisiones casi cero, y que lo que estemos emitiendo sea compensado por nuestro propio territorio, por tanto un balance neutro en carbono".
"Sabemos que son objetivos muy exigentes pero creemos que hay que poner el listón muy alto, y tener objetivos claros que nos hagan dar pasos exigentes hacia ellos, independientemente de que lleguemos a alcanzarlos o que haya que ir adaptando los ritmos por el camino", reconoce.
Oregi afirma que las consecuencias del cambio climático en Euskadi, según las predicciones científicas, serán "tormentas más fuertes, disponibilidad de recursos hídricos cambiante, y más fenómenos extremos, tanto de inundaciones como de sequías".
"Estamos viendo también cómo responden las especies a estos patrones climáticos diferentes. Y ya hay llamadas de atención, de especies que adelantan o atrasan sus ciclos vitales", agrega.
En esa línea, apunta que su departamento lleva a cabo modelizaciones de "qué podría suponer la subida del nivel del mar en las zonas de costa y en las áreas inundables", así "como monitorizando qué medidas adoptar en la medida en que sean necesarias".
Oregi es anfitriona esta semana del VIII Congreso internacional de Ciudades y Pueblos Sostenibles, en el que se ha adoptado la Declaración Vasca, que toma el relevo de la Carta de Aalborg (1994) para ser la nueva hoja de ruta hacia una economía baja en carbono para las urbes europeas.
Desde la Carta de Aalborg "han pasado cosas importantes -en el ámbito medio ambiental- como la cumbre de cambio climático de París, donde se asumieron unos compromisos importantes en esta materia que Euskadi ha hecho suyos, o la adopción por parte de Naciones Unidos de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS)".
"Estos nuevos referentes hacían necesaria la adaptación de la Carta de Aaborg, que era el faro para las ciudades y pueblos europeos, y en este contexto es en el que se produce la Declaración Vasca, a la que se adhieren los municipios de toda Europa".
Esta declaración supondrá, a juicio de la consejera, "una nueva forma de afrontar el futuro para el conjunto de las municipalidades", en la que "el objetivo será poner a la persona en el centro de las políticas, cuidar de los ecosistemas y del planeta para que podamos tener una mejor vida".