Bilbao - El director de la Cátedra de Vivienda de la Universitat Rovira i Virgili, Sergio Nasarre, ha llevado a cabo recientemente tres proyectos de investigación con la Comisión Europea y el Europarlamento sobre alquileres, desahucios y sinhogarismo y la adquisición transnacional de inmuebles. Esto le ha permitido conocer en profundidad la situación de la vivienda en Europa. Nasarre estuvo el miércoles en Bilbao, donde también analizó el encaje de la nueva Ley de Vivienda vasca en el contexto europeo.
¿Cómo valora el acceso a la vivienda en Estado español en el contexto europeo?
-En relación al acceso de la vivienda en Europa y, sobre todo, retenerla, es decir, que no te echen, podíamos decir que en todos sitios se cuecen habas. Una de las cosas que hemos detectado es que los países nórdicos, donde hay un fondo de vivienda social muy amplio, tienen los sistemas de desahucio más rápidos y, además, desahucian a mucha más gente relativamente que otros países. Precisamente porque tienen que justificar que el fondo de vivienda social funcione y que todo el mundo se haga responsable de la parte que le toca. También hemos valorado las políticas que pueden ayudar al acceso a una vivienda y a prevenir un desahucio. Algunas políticas que nos hacen falta aquí. Por ejemplo, una relación muy estrecha entre los juzgados y las administraciones públicas, sobre todo, de servicios sociales, para que nada más entre una demanda de desahucio de hipoteca o de alquiler haya una copia para los servicios sociales y se pueda poner el mecanismo en marcha para el realojamiento. Eso está en marcha en Alemania desde hace muchos años y está funcionando relativamente bien. Por otro lado, también hemos detectado que es muy curioso que los países donde no hay tasa de alquiler compensada quieren ir hacia el alquiler, es lo que estamos viendo en la ley vasca de vivienda, la ley andaluza, en Catalunya, incluso en el plan estatal de vivienda, pero también hemos visto que los países que tienen una alta tasa de alquiler quieren ir hacia la propiedad. Nadie está especialmente cómodo con la forma de tenencia.
¿Qué encaje tiene la Ley vasca de Vivienda en Europa?
-Da un paso adelante muy importante en el reconocimiento del derecho subjetivo a la vivienda. Por primera vez en España se habla en términos tan claros del derecho a exigir una vivienda. Es un avance, pero no está claro hasta dónde se puede llegar. Hay una sentencia muy reciente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la sentencia Happi, que ha hecho temblar la Ley Dalo de Francia, que recoge el derecho subjetivo a la vivienda. En Francia, cuando pides una casa y no hay, la Ley Dalo dice que se te tiene que dar una compensación, pero no te la da a ti, sino que se pone en un fondo de dinero público para promover nuevas viviendas a las que puedas acceder. Lo que pasa es que el señor Happi llevaba tres años esperando una vivienda y acudió al tribunal, que ha fallado que no se está cumpliendo la ley Dalo con él, es decir, que no ha obtenido una vivienda. ¿Solución vasca? Dar 250 euros para completar la asistencia social. Si uno piensa en un alquiler medio en Bilbao, que son unos 700 euros, la cuestión se complica. Si sumas los 250 euros a la renta social puedes llegar a tener 1.400 euros. Pero si la renta media es de 700 euros, esto quiere decir que el 50% de tus ingresos van a ir dedicados a la vivienda, cosa que no está permitida por los organismos internacionales, que te dicen que como máximo tiene que ser un 30%. Así que es probable que si encontráramos un Patxi Happi que acudiera al tribunal europeo de derechos humanos y diga que ha solicitado una vivienda en Bilbao, que por circunstancias no hay, que le han dado 250 euros de compensación y que no puede alquilar en Bilbao, el tribunal puede decir que esa medida no cumple la ley. Por otro lado está todo el tema de las sanciones. Yo no creo mucho en eso. Nosotros hemos preguntado a expertos de los 28 países de la UE las cinco medidas que mejor han funcionado en su país para prevenir los desahucios y el sinhogarismo y ninguna es una sanción. Lo que hay que hacer, desde mi punto de vista, son incentivos positivos.
¿Por ejemplo?
-Ayudas a la rehabilitación. La principal causa por la que la gente tiene la casa cerrada y no alquila es porque la casa está en mal estado. En Catalunya estamos desarrollando un proyecto que permite conciliar viviendas en mal estado con personas con pocos recursos. De manera que, privadamente, sin dinero público, una persona sin recursos que no puede pagar una renta y otra persona con una vivienda en mal estado se ponen de acuerdo; uno rehabilita y el otro le deja vivir ahí por el valor de la rehabilitación. Igual puede vivir ahí tres años y el propietario lo que recibe es una casa rehabilitada y se evita sanciones.
¿Ve viable el recurso de inconstitucionalidad del Gobierno español a la Ley de Vivienda?
-A mí lo que no me gusta es la argumentación del Tribunal Constitucional en la sentencia del año pasado con respecto a la ley andaluza, que dice que cualquier cosa que toques en vivienda va a afectar al mercado hipotecario. Eso me parece raro, porque el estado de las autonomías dice que el mercado hipotecario es estatal pero la vivienda es autonómica.
¿Cómo ha sido el desarrollo de la Ley Dalo en Francia?
-Tienen problemas serios de abastecimiento, muchos casos acaban en compensaciones a ese fondo. Lo que no puedes hacer es dar un derecho a la vivienda cuando no tienes vivienda. Otra cosa es el País Vasco, donde tenéis un parque de vivienda social comparativamente más interesante, más completo. Igualmente vosotros tenéis unos requisitos bastante interesantes. No cualquier vivienda vale. A la larga eso puede ser muy caro, porque tienes que compensarlo siempre hasta que haya una vivienda vacía para él.
¿Qué alternativas existen en Europa a las opciones más habituales de compra o alquiler?
-Por ejemplo, la propiedad compartida y la propiedad temporal que se ha regulado recientemente en Catalunya. La propiedad compartida, que también existe en Inglaterra desde los años 80, implica que cuando ya has pagado una parte del préstamo hipotecario, pongamos por ejemplo que es un 20%, consolidas esa parte ya pagada como propiedad y el resto lo das en dación en pago en alquiler al banco. De manera que te comportas como un propietario a todos los efectos y el banco recibe una contraprestación económica en forma de alquiler, mucho menor naturalmente de lo que estabas pagando hasta ahora, por lo tanto, más sostenible. Además, tienes derecho a ir adquiriendo más trocitos de propiedad hasta el 100%. Incluso puedes escalar hacia abajo si tienes problemas. En Inglaterra, en los últimos 30 años, el 30% de las personas han podido conseguir el 100% de la vivienda sin pasar apuros económicos. Luego está la vivienda temporal, es decir, comprar la vivienda o un local por un número de años. Implica que por una casa de 200.000 euros, pagues 100.000. Estas leyes están en funcionamiento desde octubre y ya se han dado los primeros casos. El primero ha sido el de una ferretería.
Si ningún país está especialmente cómodo con la forma de tenencia mayoritario, ¿es el momento de impulsar más leyes de este tipo?
-Hay que romper las reglas del juego, eso es en lo que llevamos trabajando los últimos cinco años en Catalunya.