La fotografía de una mujer rubia dando de beber a un niño desnudo, en los huesos, con llagas en el rostro y la mirada perdida dio la vuelta al mundo hace dos meses. La imagen fue publicada en Facebook por uno de los protagonistas, la danesa Anja Lovén, junto a un mensaje: “Estas fotos muestran por lo que yo lucho. Por qué lo he vendido todo y por qué me he trasladado a un territorio desconocido”. La mujer, de 37 años, dejó su ciudad, Aarhus, en Dinamarca, hace tres años y se trasladó a Nigeria, de donde es originario su marido, David Emmanuel Umem. Ambos dirigen la ONG African Children’s Aid Education and Development Foundation (Fundación para la Ayuda, la Educación y el Desarrollo de los Niños Africanos), que se centra en rescatar a niños abandonados por ser considerados “brujos” por su comunidad.

A finales de enero, Anja recibió una información sobre un niño abandonado en un pueblo pequeño, a hora y media de la ciudad de Uyo, en el sur de Nigeria, donde tiene su orfanato de “niños brujos”. La mujer se encontró al pequeño de aproximadamente dos años junto a un puesto de comida de perro. Solo, desnutrido y deshidratado. Según los habitantes del pueblo, había sido abandonado por sus padres ocho meses atrás. El pequeño no podía mantenerse en pie y su mirada transmitía dolor y sufrimiento, tanto que sobrecoge.

Anja dio de beber al pequeño, lo cubrió con una manta y, tras pedir permiso a la comunidad, se llevó al niño a su orfanato. Allí lo bañó y después lo trasladó al hospital. El 31 de enero publicó las imágenes en su página de Facebook. “Os he ahorrado muchas de las experiencias que he vivido con estos rescates. Miles de niños son acusados de ser brujos y sufren todo tipo de abusos. Hemos visto niños abusados, torturados y aterrorizados. Estas fotos muestran por lo que lucho. Por qué lo he vendido todo y por qué me he trasladado a un territorio desconocido”, escribió la activista.

Anja bautizó al pequeño como Hope, la palabra que lleva tatuada en sus nudillos. Significa esperanza en inglés, pero también el acrónimo de su lema: Help one person everyday (ayuda a una persona cada día). A través de las redes sociales, la mujer solicitó ayuda económica para costear el tratamiento de Hope y la respuesta internacional ha sobrepasado sus expectativas: ha recibido un millón de euros. “Con todo este dinero, además de dar a Hope el mejor tratamiento, también construiremos una clínica para salvar a más niños de la tortura”, explicó Anja en un mensaje de agradecimiento al apoyo recibido.

La recuperación La mujer danesa ha estado utilizando Facebook para informar puntualmente sobre la evolución de Hope. El pequeño comenzó a recibir transfusiones de sangre diarias para recuperar glóbulos rojos, fue desparasitado y le pusieron una dieta especial. “¡Verlo sentarse y jugar con mi propio hijo es la mayor experiencia de mi vida! Esto es lo que hace la vida tan bonita y valiosa”, escribió Anja el 2 de febrero, tras una visita al hospital. Dos meses después, el pequeño está estable e, incluso, sonríe. Anja está convencida de que pronto comenzará a hablar. Hope fue dado de alta y vive ahora con los otros 35 niños de este ángel danés en el orfanato de Uyo. Todos ellos asisten a la escuela, juegan y se divierten. Todos ellos, al igual que Hope, volvieron a nacer el día que conocieron a Anja Lovén.