donostia - El nuevo test HPV (Human Papiloma Virus) complementará a la citología en el programa de cribado de cáncer de cérvix, o de cuello de útero, de Osakidetza. Una vez que se implemente esta sencilla prueba, la frecuencia con la que las mujeres de entre 30 y 65 años deberán examinarse aumentará de una vez cada tres años, tal y como se aplica en la actualidad, a una cada cinco años. Para ello, Osakidetza está creando un nuevo servicio de cribado que responde a la guía que publicó en 2014 la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) con las estrategias a adoptar en la detección del cáncer de cuello de útero.

Ignacio Arias-Camisón, jefe Clínico en el Departamento de Anatomía Patológica de Onkologikoa, explicó que este test está suponiendo “un cambio” en la estrategia de detección en toda Europa, que hasta ahora se basaba en la prueba de la citología como protagonista del cribado. Aunque esta prueba no desbancará a la citología, sino que la “complementará”.

Esta será una de las cuestiones que se debatirá hasta mañana en Donostia, en el congreso anual de la Sociedad Española de Citología (SEC), organizado por el comité de Arias-Camisón. El eje central de la convención será un homenaje al médico de origen griego-estadounidense, George Papanicolaou, que descubrió hace 100 años la prueba de la citología cervico-vaginal. Este examen fue una de las primeras estrategias en la detección de tumores cancerígenos, que rebajó la incidencia del cáncer de útero en un 70% en los países desarrollados.

Cerca de 150 profesionales citotécnicos se reunirán en la Sala Andia de Kutxa junto con seis empresas pioneras en tecnologías de este ámbito. Además, acudirán el Premio Nobel alemán que descubrió la implicación del virus de papiloma humano en el cáncer, Harald zur Hausen; y el profesor John HF Smith, vicepresidente de la Academia Internacional de Citología.

75 casos en euskadi Los últimos datos registrados en Euskadi indican que en 2012 se detectaron un total de 75 casos, una incidencia considerada como “muy baja”. Por otra parte, ese mismo año, se encontraron 391 lesiones premalignas, gracias a las citologías, que se atajaron quirúrgicamente para que no derivaran en cáncer. “En nuestro mundo esta enfermedad está muy controlada y no es un problema”, avisó Arias-Camisón. No obstante, los países con menos recursos concentran el 85% de los casos, mientras que los países desarrollados acumulan el 15%. Se trata del cuarto tumor maligno más frecuente en la mujer.

“En los años 80, se descubrió que la infección viral es la causa de la mayor parte de estos tumores”, informó el jefe clínico. La infección del virus del papiloma humano es “muy frecuente”, sobre todo, en la época de inicio de relaciones sexuales. Por lo general, el sistema inmunológico de la mayoría de las mujeres no permanece que la infección persista, y consigue curarla. “El problema es cuando persiste la infección, y al cabo de mucho tiempo provoca el cáncer de cuello uterino”, apostilló.

La manera de tratar esta patología es mediante la extirpación quirúrgica del tejido maligno. “Aunque si está desarrollada tienen que intervenir otros tratamientos complementarios, como la quimioterapia o la radioterapia”, añadió. Estos fuertes tratamientos podrían ser la causa indirecta de una posterior infertilidad.

Además de la prevención secundaria ya citada, el test de HPV y la citología, también existe la vacuna contra este virus, que Osakidetza incluye como prevención primaria en las niñas de 12 a 14 años. “Se ha puesto en marcha hace pocos años, y aunque todavía no hay datos concluyentes de su eficacia, hay países que empiezan a publicar resultados”, apuntó.