GINEBRA. Según los últimos datos disponibles de la OMS, que datan de 2012, la diabetes ocupa el sexto puesto entre las principales causas de mortalidad, por debajo de otras como las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.
Según la organización internacional, en 2014 más de 10.400 personas fallecieron en España a causa de la diabetes, mientras que otros 28.000 decesos se atribuyeron a altos niveles de glucosa en sangre.
En las últimas décadas, la incidencia de la enfermedad entre las mujeres ha sido estable, e incluso ha descendido ligeramente (entorno al 6 %), pero entre los hombres ha pasado a ser del 9 por ciento en 2014 desde algo más del 5 por ciento en 1980.
Los hombres registraron una mayor mortalidad entre los 30 y los 69 años, pero pasada esa edad, el número de fallecimientos entre mujeres fue mayor.
Entre las causas de la diabetes, tanto para hombres como para mujeres, el sobrepeso sigue siendo la principal en un 65,6 por ciento, seguida de la inactividad física (un 33,4 por ciento).
La obesidad también fue la causa de diabetes en un 26,5 por ciento de los casos.
España cuenta con todos las facilidades médicas, tratamientos y procesos de diagnóstico requeridos por la OMS en el sistema de salud público.
En este sentido, la organización internacional destaca en su informe la reducción de un 40 a un 60 por ciento de los casos de amputación en adultos con diabetes entre los últimos 10 y 15 años en varios países, entre los que figura España.
Las amputaciones de extremidades inferiores son una de las consecuencias de la diabetes, junto con las complicaciones cardiovasculares, la pérdida de visión o los problemas renales.
Asimismo, el Gobierno español tiene un plan de acción para la diabetes, para la reducción del sobrepeso y de la obesidad, y además cuenta con protocolos de actuación contra la enfermedad a nivel nacional.
Aún así, la OMS señaló que España todavía no cuenta ni con un registro nacional de diabetes, ni con uno hospitalario.
Este registro sirve para controlar la enfermedad de manera especializada y puede ser una "valiosa fuente para mejorar el cumplimiento del tratamiento, prevenir las complicaciones y evaluar los resultados del tratamiento clínico", subraya la OMS.