En un mundo cada vez más rápido, las aplicaciones de citas se han convertido en un salvavidas para aquellas personas que después del gimnasio, el trabajo y las tareas cotidianas del hogar no tienen ni tiempo ni ganas de salir a ligar. Al menos, así lo recoge un estudio realizado por la sexóloga y experta en redes sociales Ruth González Ousset. “Vivimos en un vorágine que no nos deja tiempo para nada y mucho menos para relacionarnos con otras personas de una manera más íntima”.
Según un informe de la Universidad de Stanford, una de cada dos parejas se conocen a través de Internet. Y en el Estado español hay más líneas de teléfono que habitantes. Todo ello conforma el perfecto caldo de cultivo para elegir pareja de baile con el dedo. Las posibilidades son muchas y dependen, sobre todo, del perfil de los usuarios. La joya de la corona es Grindr, una aplicación geosocial destinada al público gay que permite a los usuarios que lo tienen instalado localizar y comunicarse con otros hombres homosexuales y bisexuales que haya en las proximidades con el objetivo de tener un encuentro erótico.
De cerca le sigue Tinder, una app similar a Grindr y con su mismo objetivo, salvo que en este caso dirigida a personas heterosexuales y bisexuales. Adopta un tío también seguiría esta misma línea, aunque en este caso son directamente las chicas las que mandan. Otras posibilidades -no tan directas como Tinder- serían Pof, Happn o Wanty, para conocerse primero y luego que surja lo que surja.
E incluso las hay destinadas a personas que ya tienen pareja con el fin de que tengan un encuentro erótico fuera de su relación -consentido o no-, como Ashley y Madison o Victoria Milan. Estas dos sí que serían muy directas, tal y como lo sugiere su eslogan: La vida es corta: ten una aventura. “Y para aquellos cuyo objetivo es el contrario, encontrar pareja estable, lo mejor es Meetic”, indica la sexóloga Ruth González.
Según los datos ofrecidos por las aplicaciones de citas, el 64% de los usuarios son hombres, mientras que el 36% restante son mujeres. “Lo realmente interesante son los motivos que mueven a cada uno”, indica la sexóloga. Hay quienes utilizan esta vía para tener un encuentro con el que evadirse de la realidad y alejar por un rato el sentimiento de soledad. “Otros, porque después de todo el día están cansados para ir de bares y discotecas, y solo pretenden encontrar a una persona afín de la manera más fácil posible”, señala González. Algunos, para ligar más allá del círculo de amigos, puesto que la falta de tiempo les impide conocer gente de otra manera. “Y unos pocos simplemente por el placer de ligar”, ilustra.
Inmediatez En cuanto a los puntos fuertes, esta sexóloga remarca la inmediatez. “Ves la foto y te dejas de tonterías”. También destaca que al haber un dispositivo de por medio se reduce el miedo al rechazo, lo cual ayuda a la gente más tímida. Pero sobre todo indica que se salta un filtro muy grande: el desconocimiento ’de la otra persona. “Gracias a estas aplicaciones la otra persona ya no es el amigo de tu amigo, sino un conocido con el que ya has chateado y del que ya conoces cosas”.
Respecto a los contras, Ruth González solo le ve un punto negativo: “El gran chasco puede ser el tema físico, porque a veces se cuelgan fotos demasiado buenas”. Admite que pueden ocurrir malas experiencias, tal y como sabe a través de personas que han llegado a su consulta; al tiempo que asegura que la probabilidad de encontrarte con un “chalado” es la misma que en cualquier otra parte. “La gente se puede inventar un perfil, pero en la realidad también se puede inventar una vida”, asegura.
Pese a todo, y con el fin de reducir los chascos, esta sexóloga recomienda sentido común. Por ejemplo, explica que en una primera cita es conveniente quedar en un lugar neutro, público y donde haya más gente, como un bar o un aparcamiento -concurrido-. “Es decir, un sitio donde si estás incómodo te puedas ir sin ningún problema. Y reivindicar que se te respete, que un no sea un no”. Sobre todo, esto es importante para personas con baja autoestima, indica. Otro consejo: decir a alguna persona de confianza a dónde se va y con quién.
A raíz de este estudio, González también da cuenta de algunas diferencias entre hombres y mujeres. Una de ellas sería la respuesta ante el rechazo. “Si llegado el momento a un hombre no le apetece seguir adelante, incluso estando ya en la cama, no pasa nada, pero cuando es una mujer la que dice que no nunca es interpretado como no, sino que se piensa que se quiere hacer la dura, la interesante...”
Diferencias Otra de las diferencias es la facilidad para encontrar pareja. “Por ejemplo, en una aplicación heterosexual una mujer si quiere follar, folla; mientras que un hombre que busca un encuentro íntimo con una mujer está en desigualdad de condiciones, ya que la mujer tiene la última palabra”. En cambio, entre parejas homosexuales, la facilidad para cada actor suele ser similar, puesto que pertenecen al mismo sexo.
Y respecto al deseo erótico, González asegura que su estudio sirve para reafirmar que los hombres tienden a ser más promiscuos que las mujeres. De ahí también se deduce que las relaciones gays suelen ser más directas y habituales que las heterosexuales -por estar conformadas por un hombre y una mujer-. “Los gays han dado un paso más socialmente negociando relaciones abiertas, superando así el problema de la infidelidad”.
Al igual que el eslogan de Ashley y Madison, González recomienda probar y desterrar al príncipe azul para recibir al empotrador. “Animo a todos a tener un affaire o un rollito dentro de una aplicación, sobre todo a aquellos que les gusta opinar sin saber”. Eso sí, recuerda que elegir bien la red social en base al objetivo que se busca es prioritario. “De lo contrario pueden ocurrir encuentros incómodos como quedar con una persona y encontrártela directamente en bolas antes siquiera de deciros hola”.