Sólo puedo calificarlo de un mal dato el que arrojan nuestras Universidades al ser comparadas con las Universidades del Estado. El último análisis elaborado, esta vez por el BBVA, nos dice que las Universidades de nuestra Comunidad, se encuentran un 9,1% por debajo de la media en lo que a rendimiento general se refiere que no es más que el ratio final tras un análisis del rendimiento docente, el rendimiento investigador y los resultados de innovación y desarrollo tecnológico que aportan las diferentes Universidades analizadas.
Un mal dato que pone negro sobre blanco algo que todos, los que en cierto modo vivimos cerca de nuestra Universidad, intuíamos pero que duele verlo. Nos supera, y a muchas traineras de distancia, Catalunya, luego Cantabria, Valencia, Nafarroa, Baleares, Madrid,? etc. Comunidades estas que estamos acostumbrados a ganar en casi todo lo que se analiza, salvo al parecer en lo que a este aspecto se refiere.
En muchos Ojo al dato he querido trasmitir que nuestra referencia en lo económico, en lo político y en lo social, debe ser el Norte y no el Sur, pero hay que reconocer que nuestros vecinos catalanes y españoles en este caso nos han dado un buen repaso dejándonos suspendidos por debajo de una media española que presumo que no es muy alta. Hace mucho que vemos que la Universidad vasca no es ya el foco de innovación, ni de creación, ni la impulsora de nuevos estudios o análisis, parece que eso se ha desplazado hacia la empresa privada.
Por motivos laborales, volví hace un par de meses a la Universidad que dejé hace ya 25 años (¡Dios mío cómo pasa el tiempo!). Todo seguía igual, me atrevo a decir que hasta el borrador y la pizarra son los mismos donde empecé a escribir mis primeros datos estadísticos; sólo los individuos que se movían por aquellos pasillos eran lo novedoso, pero el resto estaba criogenizado allí desde mil novecientos y pico. Una verdadera pena.
Desde el último de los profesores que acaba de entrar, hasta el catedrático sexagenario que está al final de su docencia, se lo tienen que hacer mirar, y junto a los máximos responsables del mundo universitario definir una estrategia a medio-largo plazo para estar, lo antes posible, por encima de la media y empezar a mirar de tú a tú a los mejores.
Basta ya de autocomplacencias, basta ya de echar la culpa al otro, y basta ya de pensar qué pueden hacer los demás por la Universidad vasca; vosotros sois la Universidad vasca y habéis suspendido el examen por los motivos que sean, no valen excusas, sólo ponerse las pilas y mejorar la nota en la siguiente evaluación. Sin una Universidad fresca, activa, innovadora, creativa, atrevida, impulsora, investigadora e ilusionada, un país nunca podrá estar en la vanguardia mundial de nada y Euskadi debe también aspirar a ese liderato, ¿por qué no?
Un 9,1% por debajo de la media es un “cate” como un piano. Aceptemos el suspenso como base para planificar bien la siguiente evaluación, consiguiendo que en unos años seamos también en el ámbito de la Universidad un referente positivo.