Que a los españoles les encanta hablar no es nuevo, como tampoco el dato de que el país es eminentemente móvil, con una tasa de penetración de teléfonos inteligentes de las mayores del mundo, dos factores que le convierten en un país tuitero por excelencia, con más de 11 millones de usuarios.
Un tercer ingrediente se suma a este combinado: su elevado consumo de televisión, con contenidos que suelen ser caldo de cultivo. Cuenta con el mismo número de usuarios que Facebook en 2009. Ahora, Zuckerberg presume de tener en su red más de 1.500 millones de perfiles -1.000 millones se conectan a diario- y se plantea como meta llegar a los 5.000 millones de usuarios en 2030 de acaloradas conversaciones en Twitter, una plataforma de comunicación pública que sopló velas ayer, 21 de marzo, cuando celebró su décimo cumpleaños.
Esta red de microblogging cuenta con unos 320 millones de usuarios activos, que comparten más de 500 millones de tuits al día, aunque soporta el lastre de no monetizar con éxito sus servicios. Aunque en 2015 mejoró económicamente respecto al año anterior, las pérdidas alcanzaron los 521 millones de dólares en ese ejercicio. La incorporación de Periscope (para retransmisión de vídeo en directo), con más de 10 millones de cuentas desde que nació hace menos de un año, o la relajación del tradicional modelo de publicación de tuits en la plataforma o timeline por orden cronológico para destacarse contenidos relevantes son algunas novedades de Twitter para intentar ganar terreno.
En su década de vida, Twitter ha estado muy vinculada con España y especialmente en momentos muy señalados, como grandes acontecimientos deportivos, sociales o políticos. En las últimas elecciones generales, todos los candidatos al Gobierno y los partidos tenían cuenta en Twitter. Actualmente el 80 % de los diputados del Congreso está en esta red.
policía y fútbol Un dato curioso es que la Policía española es la más seguida del mundo en esta red. También destaca la relación con Twitter de un pequeño pueblo granadino, Jun, de 3.500 habitantes, cuyo modelo de uso de esta red social ha sido elogiado incluso por el Massachussets Institute of Technology (MIT).
Cifras recientes de comsCore, aunque limitadas en los cómputos, dado que no incluyen a usuarios móviles de IOS (plataforma preferida de acceso a Twitter), sitúan el total de tuiteros en el Estado por encima de los 11 millones, de los cuales al menos el 80% accede en algún momento desde el móvil.
El cine y las películas son lo que más interesa al tuitero español. Actualmente, el 12,8% de las ventas en taquilla está impulsado por Twitter, que “ha democratizado la creación y difusión de contenidos en todo el mundo”, afirma su director de investigación en España y Portugal, Alfonso Calatrava.
6 de cada 10 usuarios de Twitter usa regularmente la red para comentar o leer tuits sobre contenidos televisivos que están viendo en ese momento, añade. El Madrid y el Barça son los dos clubes de fútbol con más seguidores en Twitter del mundo. Y también sus jugadores. El uso que hace el futbolista Gerard Piqué de Periscope para contestar a preguntas de sus fans es único, según sus responsables.
Twitter es “una mina de oro” por la enorme cantidad de información que fluye en ella, dice el consejero delegado y cofundador de la plataforma de marketing social Audiense (ex SocialBro), Javier Burón. Los datos generados en esta plataforma complementan (y en muchos casos validan) la información sobre consumidores que ya tienen las empresas. Con ello, las marcas llegan a sus objetivos públicos con más precisión y mensajes adaptados a cada segmento, puntualiza.
Por el contrario, el profesor José Luis Orihuela, de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, autor de libros como Mundo Twitter y Los medios después de Internet, advierte del “peligro” que acecha a esta plataforma y que es el clásico de los nuevos emprendimientos digitales: “Morir de éxito”. Es paradójico que “siendo la plataforma social más mediática, no consiga consolidarse como empresa cotizada”, explica. “Pese a su aparente simplicidad, es la más compleja de todas las redes sociales, la menos intuitiva”, añade.
Twitter ha crecido “muy deprisa”, pero ha cambiado “muy lentamente”; tiene complicado además cumplir las expectativas de sus usuarios (nuevos y viejos), de los anunciantes (en un entorno contrario a las intromisiones en el timeline) y de los inversores (quizás demasiado apurados), añade. Una adquisición que “le diera oxígeno financiero y le obligara a reinventarse para seguir siendo relevante” podría hacerla salir del atolladero, concluye.