bruselas - Los jefes de Estado y Gobierno de la UE comenzaron ayer a debatir en la cumbre de dos días en Bruselas los términos de un acuerdo respetuoso con la ley comunitaria e internacional para devolver a Turquía refugiados e inmigrantes irregulares y aliviar así la presión migratoria a la que se enfrenta Europa.
Los Veintiocho intentaban anoche cerrar su postura para abordarla hoy viernes con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que participará en la reunión de los líderes. También analizarán el posible surgimiento de rutas alternativas de llegada a la UE tras el cierre de la de los Balcanes.
El acuerdo se antojaba difícil anoche. Los Veintiocho tenían hasta las once de la mañana de hoy viernes para cerrar un nuevo pacto tras el clamor social y político generado con el alcanzado la semana pasada con Ankara.
La clave es buscar vías legales para las expulsiones fulminantes. Los Veintiocho negociaban duramente para sellar un pacto con Turquía que permitirá la devolución de refugiados sirios desde Grecia por la vía rápida. La mayoría de los líderes expresaron sus dudas legales sobre el procedimiento (incluido Mariano Rajoy tras el acuerdo unánime del Congreso) y sobre otras concesiones a Ankara.
El presidente de Francia, François Hollande, ya advirtió ayer mismo que no aceptará un acuerdo para deportar a Turquía a los refugiados sirios, si no se trata de un pacto “global” que incluya ayuda para Grecia.
“Es Grecia quien asegura nuestra frontera exterior, es ella la que tiene refugiados bloqueados, es a ella a la que hay que apoyar financieramente”, defendió Hollande a su llegada al Consejo Europeo. Recordó que el objetivo de la cumbre es la de aportar “precisiones y garantías” al preacuerdo que la UE cerró con Ankara el pasado 7 de marzo, con el objetivo de que sea compatible con el Derecho Internacional y respeta las disposiciones de la directiva de asilo. “No aceptaré un acuerdo si no es global y lo será si hay garantías de parte de Turquía y si Grecia es ayudada”, insistió.
A juicio de Hollande, que lideraba la oposición al preacuerdo de la semana pasada, es esencial que la UE pueda “decir a los ciudadanos europeos que estamos aportando una solución común a un problema muy grave”.
Las bases del acuerdo se cerraron la semana pasada entre la UE y Ankara y contemplan la expulsión a Turquía de todos los inmigrantes irregulares que lleguen a Grecia, aunque desde Bruselas se asegura que no habrá devoluciones en caliente o colectivas y que se dará un trato individualizado a cada solicitud de asilo.
A cambio, la UE se compromete a reubicar en los estados miembros a un número equivalente de refugiados sirios instalados ya en Turquía, bajo el patrón de “uno por uno”, hasta que se logre frenar el flujo irregular en la frontera. El Gobierno turco aspira, además, a doblar hasta los 6.000 millones de euros la ayuda europea recibida para atender a los refugiados y agilizar tanto el fin de la exigencia de visados, como la apertura de nuevos capítulos para la adhesión.
Sobre la exención de visados a los turistas turcos, que el borrador de acuerdo sitúa a finales de junio de este año, Hollande ha querido subrayar que para que esta medida entre en vigor es necesario que Turquía cumpla antes con todos los criterios que se le exigen.
La canciller alemana, Angela Merkel, indicó que es “importante que cada refugiado sea examinado individualmente” y que pueda hacer uso de sus derechos cuando sea devuelto a Turquía. Merkel se apropió de las palabras de Tusk, quien había señalado previamente que era “cautelosamente optimista” acerca de un acuerdo entre la UE y Turquía.
“Creo que hay posibilidades de alcanzar una posición común”, primer paso hacia un eventual pacto con Turquía, aunque “todavía quedan negociaciones complicadas” por delante, si bien “la dirección es clara”, lo que incluye mejorar la situación humanitaria en Grecia, dijo.
“Vemos todos las imágenes de Idomeni”, recalcó Merkel, quien afirmó que también habrá que ayudar a Grecia cuando traslade a los refugiados e inmigrantes que ya están en sus islas a centros de recepción en otros lugares del país. Esa asistencia puede consistir por ejemplo en el refuerzo con expertos para la agencia europea de control de las fronteras exteriores (Frontex) y para la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), indicó.
El proyecto de acuerdo de UE y Ankara deja claro que los inmigrantes irregulares que lleguen a Grecia desde Turquía serán registrados y cualquier solicitud de asilo procesada según el derecho europeo, y que los que son devueltos serán protegidos acorde a los estándares internacionales.
El texto señala que “todos” los inmigrantes irregulares que crucen desde Turquía a las islas griegas serán “devueltos a Turquía”, pero los líderes aclaran que es una medida “temporal y extraordinaria” para poner fin al sufrimiento humano y restaurar el orden público. Los inmigrantes que llegan a Grecia serán “debidamente registrados y cualquier solicitud de asilo será procesada por las autoridades griegas en línea con la directiva de asilo”, señala el borrador de declaración que pretende adoptar la UE con Turquía. - DNA
Personas como moneda de cambio. La organización humanitaria Intermon Oxfam aseguró que UE abandonaría sus “obligaciones legales fundamentales” y utilizaría a personas como “moneda de cambio” si decide traspasar a Turquía la responsabilidad sobre los refugiados que huyen de conflictos en Oriente Medio..