ROMA. El Papa Francisco ha rechazado durante la audiencia general de este miércoles las donaciones de origen ilícito, de "dinero sucio", hechas a la Iglesia católica y ha propuesto acercarse a Dios "con manos purificadas evitando el mal y practicando el bien de la justicia".
"La Iglesia no necesita dinero sucio, sobre todo si la oferta ha sido hecha con manos sucias de sangre del hermano, necesita corazones abiertos a la misericordia", ha señalado Francisco.
Durante su catequesis ha explicado que la salvación "implica la decisión de escuchar y dejarse convertir, pero resta siempre perdón gratuito". El Papa ha explicado que el catolicismo se basa en el perdón de los pecados a través de la misericordia de Dios, y no sólo a través de las acciones de los hombres, que es el principal punto de desencuentro con los protestantes.
Según ha indicado, el culto es criticado porque es considerado "inútil en sí mismo, porque en vez de exprimir la conversión, pretende sustituirla y se convierte así en la búsqueda de la propia justicia" y se crea "la engañosa convicción de que son los sacrificios los que salvan y no la misericordia divina la que perdona el pecado".
Ante miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro, el Papa ha reflexionado así sobre el primer capítulo de la Biblia del profeta Isaías en el que Dios se presenta como un "padre afectuoso, pero también atento y severo" que se comunica con el pueblo de Israel acusándolo de "infidelidad y corrupción" para llevarlo de nuevo al camino de la justicia. Autor: LRS