berlín - La canciller alemana, Angela Merkel, cree que la situación en la frontera entre Macedonia y Grecia, donde se concentran miles de refugiados, no es “comparable” a la del pasado septiembre, cuando Berlín abrió un corredor para trasladar a los peticionarios de asilo. “La situación no es comparable”, aseguró al ser preguntada si estaba estudiando una medida similar a la que pactó entonces con Austria para evitar una tragedia humanitaria. Ahora, argumentó Merkel, Grecia ha puesto en marcha centros de registro, al menos parcialmente, y ha levantado albergues para acoger a los recién llegados, atenciones que los refugiados deben aprovechar.
La canciller, que ya no quiere más refugiados en Alemania, reconoció que “las imágenes” de lo que está sucediendo en Idomeni, la frontera entre Grecia y Macedonia, “nos dicen todos los días muy claramente” que la UE debe negociar una “solución común” para esta crisis. “La situación no es como para que podamos estar contentos”, valoró Merkel, que abogó por reintroducir las reglas de libre circulación del tratado de Schengen, puestas en duda por las medidas unilaterales que están adoptando cada vez más países del bloque ante la crisis de los refugiados. “Tenemos que volver al sistema Schengen”, afirmó, algo que incluye, además de la libertad de movimiento, el control de las fronteras exteriores. Algo que concierne a los países-frontera de la UE.
Por su parte, el canciller federal austríaco, Werner Faymann, defendió ayer en Viena la política de cuotas para la acogida de refugiados en su país, al tiempo que insistió en “parar la ruta de los Balcanes” y “activar las fronteras exteriores”. “Si no se aclara la situación en las fronteras exteriores de la UE, entonces tienen que actuar en sus fronteras países como Austria”, declaró el canciller ante la prensa tras reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Para detener el “caos” y la “desorganización” actual, Faymann aseguró que deben ser los países con fronteras exteriores, quienes aclaren quién puede recibir asilo y quién no. - Efe