GASTEIZ. Los anuncios y carteles presentan a jóvenes que, en el caso de las chicas, reciben mensajes relacionados con la belleza, la bondad, la discreción, los cuidados y la dependencia, entre otros aspectos.

En el caso de los chicos, se citan los mensajes relacionados con la agresividad, el éxito, la ambición o la negación de los sentimientos.

Por ejemplo, mientras a las chicas se les valora por su belleza y se les educa para agradar a los demás, y que los afectos y los cuidados están por encima de lo demás, a los chicos se les envían mensajes de que son autosuficientes, se les educa en la negación de los sentimientos ("los chicos no lloran") y en alcanzar el éxito social.

Landaida ha recalcado la importancia de ser conscientes de los mensajes que reciben día a día los jóvenes, porque ellos "construyen sus identidades en función de cómo se les trata, porque aprenden a ser hombres y mujeres a partir de esos mensajes que reciben desde la familia, la escuela, las amistades, los medios de comunicación y la publicidad".

"Tenemos que reflexionar sobre los mensajes que les estamos mandando, sobre los modelos que les estamos mostrando", ha añadido.

La directora de Emakunde ha recalcado que la desigualdad "se aprende, se hace", por lo que la sociedad tiene que ser consciente de que también "puede hacer igualdad".