Bilbao - Los recortes sufridos los últimos años por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), además de frenar el camino de mejora emprendido antes de la crisis, han hecho mella en la moral de la comunidad universitaria. La Defensora Universitaria (Aldezle), Itziar Etxebarria, se unió ayer a las voces que reclaman a los poderes públicos “mayor apoyo y reconocimiento” al esfuerzo que realiza la universidad pública ya que, según advirtió, la tensión por alcanzar la excelencia que se precisa para poder seguir siendo competitiva “no se mantendrá indefinidamente”. Desde su punto de vista, la UPV/EHU está pasando por una “situación difícil, cuyos efectos desmoralizantes son perceptibles en la comunidad universitaria”.
La Aldezle habló así del panorama de la UPV/EHU en el Claustro celebrado ayer en el Bizkaia Aretoa (Abandoibarra) durante el que presentó la memoria anual de la defensoría universitaria en 2015, ejercicio en el que disminuyeron las quejas. Entre las medidas que han llevado a la universidad hasta la situación actual, Itziar aludió a la imposición de la tasa de reposición del personal “insuficiente”, la congelación de los sueldos o los recortes en la financiación de los proyectos de investigación. También criticó al Gobierno Vasco por eliminar las becas de colaboración para el alumnado universitario o la disminución de la dotación a los proyectos.
Etxebarria coincidió en su diagnóstico con el del rector de la UPV/EHU. Recientemente Iñaki Goirizelaia hizo pública su “frustración”, después de que el Gobierno Vasco haya alterado a través de la Ley vasca de Presupuestos el sistema de financiación de la universidad. Esta modificación obliga a la UPV/EHU a adelantar este curso 31 millones de euros, en vez de recibirlos de forma fraccionada del Ejecutivo Urkullu como hasta ahora. Para el rector -que enfila su último año de mandato- esta última medida y los recortes vividos “han evidenciado la necesidad de cambiar el modelo de financiación de la universidad” para garantizar su estabilidad a medio plazo. Hasta la fecha el Departamento de Educación no ha reaccionado, al menos públicamente, a la propuesta lanzada ya hace un mes por Goirizelaia.
Bajan las quejas Durante la exposición de su informe, la Defensora Universitaria realizó un balance de la actividad de su oficina en 2015, año en que bajó el número de quejas y los problemas planteados “no fueron tan graves ni complejos” como los de años anteriores. En total, se presentaron 139 asuntos, frente a los 164 de 2014 y los 137 de 2013. De ellos 111 estaban redactados en castellano, 27 en euskera y uno en inglés.
Por colectivos, el alumnado planteó 67 cuestiones, en su mayoría por desacuerdos en la evaluación de los profesores, la gestión de la docencia, las becas o las tesis doctorales. El Personal Docente e Investigador (PDI) presentó 42 asuntos, referidos en general a plazas y bolsas de sustitución, asignación de docencia y complementos adicionales. En 2015 se registró en esta categoría un número muy bajo de conflictos con compañeros, frente a años anteriores. Respecto al Personal de Administración y Servicios (PAS), planteó 16 asuntos relacionados, en su mayoría, con las condiciones laborales.