San Cristóbal de las casas - El Papa Francisco denunció ayer en su misa en San Cristóbal de las Casas el trato que han recibido las comunidades indígenas que han sido “mareadas por el poder”, “despojadas de sus tierras” y “excluidas de la sociedad”. En el estadio municipal de San Cristóbal de las Casas, la localidad elegida personalmente por Francisco para lanzar su apoyo a las comunidades indígenas, el Papa condenó “cómo, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad”. “Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones”, continuó el pontífice ante las personas que representaban a los 11 millones de mexicanos indígenas que viven en el país.

Y otros, agregó, “han sido mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban”. “¡Qué tristeza!”, exclamó el Papa, quien instó a todos “a hacer un examen de conciencia” y a pedir “perdón”. “El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”, señaló.

Les dijo que pueden ser ejemplos para “los jóvenes de hoy, expuestos a una cultura que intenta suprimir todas las riquezas y características culturales en pos de un mundo homogéneo, necesitan que no se pierda la sabiduría de sus ancianos”.

Al inicio de su homilía, el Papa citó al pueblo de Israel, “un pueblo que había experimentado la esclavitud y el despotismo del faraón”, en una comparación con lo que sufrieron los pueblos indígenas. Recordó cómo estos pueblos rezan en el Popol Vuh de la siguiente manera: “El alba sobrevino sobre todas las tribus juntas. La faz de la tierra fue enseguida saneada por el sol. El alba sobrevino para los pueblos que una y otra vez han caminado en las distintas tinieblas de la historia”. Este rezo le sirvió al pontífice argentino para decir que entre estos pueblos “hay un anhelo de vivir en libertad, hay un anhelo que tiene sabor a tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente”.

Así como también existe un anhelo “de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz”. Y entonces, de nuevo, denunció cómo “de muchas formas y maneras se ha querido silenciar y callar ese anhelo·. Y, en referencia a los pueblo originarios, continuó: “De muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles”.

“Más que palabras” El Papa también instó a defender el medio ambiente, una lucha que comparten con fuerza las comunidades indígenas. Tras su homilía, un centenar de representantes de pueblos indígenas y campesinos de 15 países de América Latina, afirmaron que “las palabras no bastan” y pidieron apoyo para la conservación del planeta. En un comunicado difundido por la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB) en San Cristóbal de las Casas, esos sectores hicieron un llamamiento “a los gobiernos, corporaciones y a la Iglesia Católica a seguir al Papa Francisco y unirse a los pueblos tradicionales, salvadores del planeta”.

Concretamente les pidieron “poner en práctica la revolucionaria visión del Papa con respecto al rol de los pueblos indígenas para salvar el planeta”. “Las palabras solas no bastan”, afirmaron los líderes. “No basta el hecho que el Papa Francisco visite México y que el gobierno le diga lo que el pueblo necesita, o que él pida una simple disculpa”, denunció en el texto Claudia Rubí, vecina de un municipio “golpeado por la construcción de proyectos hidroeléctricos” en Chiapas. - Efe