BARCELONA.El cirujano de la intervención y coordinador del departamento de vítreo retina del Centro, el doctor Jeroni Nadal, ha afirmado que los pacientes están evolucionando de forma positiva, aunque "los limites de visión se pueden ver sobrepasados por la ilusión y el trabajo del paciente y seguirán aprendiendo toda la vida".
La segunda implantada ciega en el Estado, Guadalupe Iglesias, y el primer implantado europeo sordo-ciego, Carlos Martínez, también han expuesto su alegría por su evolución tan solo un mes y medio después de la intervención.
Guadalupe Iglesias ha dicho que "el cambio es brutal, aunque sea un cambio inicial, sobre todo cuando llevas tantos años sin ver nada", y se ha mostrado optimista con su recuperación ya que piensa que podrá obtener mucha más independencia a partir de ahora.
Por su parte, Carlos Martínez ha dicho estar "muy feliz de haberse operado" y ha contado que aunque aún le faltan cinco meses de rehabilitación, piensa animar a sus compañeros a operarse.
El doctor Nadal ha afirmado que los pacientes "antes de la operación vienen ciegos y lo que se consigue es un logro" y vuelven a reconocer formas y siluetas, "algo que ni se imaginaban".
El doctor ha explicado que estas personas receptoras del implante del "ojo biónico", gracias a la rehabilitación, podrán ir reconociendo luces, letras, sílabas, formas, contrastes y movimientos progresivamente, aunque no podrán volver a ver como lo hacían antes.
Este proceso de rehabilitación se basa en 10 sesiones en un periodo de 6 meses, de dos horas cada una, para evitar el cansancio de la retina, en las que se entrena al cerebro a volver a recibir estímulos visuales y en los que también "es importante la comunicación, la memoria y la imaginación", según la responsable del proceso de rehabilitación, Verónica Pilotti.
El cirujano ha asegurado que se trata de una "operación compleja" que dura de tres a cuatro horas y cuenta con un equipo de 10 personas en el quirófano y 25 en la rehabilitación, que solo pueden recibir las personas con retinosis pigmentaria de 25 a 75 años, lo que supone de 1.000 a 2.000 personas en el Estado.
El "ojo biónico" o "implante de retina" proporciona la estimulación eléctrica de la retina para aumentar la percepción visual en personas ciegas.
El implante consta de una parte interna, que es la pedicular e intraocular, y una externa que se basa en unas gafas que tienen una pequeña cámara en su parte frontal con la que pueden seguir las imágenes que se aparecen ante el paciente.
Las gafas, que habrá llevado el paciente quince días después de la operación, capturará las imágenes y las enviará a un pequeño ordenador del tamaño de un teléfono móvil, donde se procesan y transforman en instrucciones, y se transmiten de forma inalámbrica a la antena del implante de retina.
Los impulsos que recibe el paciente estimulan las células sanas que quedan en la retina y transmiten la información al cerebro a través del nervio óptico para crear la percepción de patrones de luz, que los pacientes aprenden a interpretar.