Beirut - Decenas de miles de sirios se agolpan en la frontera con Turquía tras huir de la violencia en la provincia siria de Alepo y sin acceso a ayuda humanitaria, a la espera de entrar en el país vecino que mantiene el cruce de Bab al Salama cerrado. “Algunos llevan desde hace días allí en condiciones precarias, no ha entrado ningún tipo de ayuda y en ningún momento Turquía ha abierto la frontera”, dijo el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahmán.
Estas declaraciones contradicen lo afirmado ayer por el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, quien aseguró desde Ámsterdam que su país mantiene su política de “fronteras abiertas para estas personas que huyen de la agresión del régimen (de Bachar Al Asad) y de los ataques aéreos de Rusia”.
El responsable turco precisó que Turquía ya ha recibido a 5.000 desplazados y que “otros 50.000 o 55.000 están de camino”. Según datos de la ONU, unas 20.000 personas se concentran en el paso de Bab al Salama después de escapar de sus hogares por las últimas operaciones militares en el norte de Alepo.
La violencia también ocasionó la huida de entre 5.000 y 10.000 personas a la población de Azaz y de otras 10.000 a Afrín, ambas en Alepo. Turquía anunció ayer que prepara en el lado sirio de la frontera un campamento para unas 30.000 personas. Además, el ataque a Alepo supuso la suspensión de las negociaciones de paz hasta el 25 de febrero. - Efe