BURGOS. Según informa hoy el Diario de Burgos, Gabriela, que recibió el alta médica el pasado miércoles tras nueve días ingresada, primero en el Hospital de Cruces y después en el Hospital Universitario de Burgos, ha estado atendida por psicólogos y psiquiatras porque se "derrumbó" cuando recibió la noticia de la muerte de su hija.
Gabriela asegura que ya les ha contado todo lo ocurrido a los investigadores que fueron a verla al hospital y no quiere entrar en detalles sobre los presuntos abusos a la niña por parte del detenido a quien confirma que no conoció esa misma noche.
"Si conozco a una persona una noche, no voy a su casa y menos con mi hija", señala Gabriela, aunque no detalla desde cuándo conocía a D.M.G, quien se encuentra detenido en la prisión alavesa de Zaballa.
Sobre el día en el que ocurrieron los hechos, Gabriela explica que el joven acudió a Hontoria del Pinar (Burgos), donde estaban pasando el fin de semana con el abuelo de la pequeña, y las llevó a las dos, junto a la tía de la niña, a la capital burgalesa donde viven.
Gabriela señala que, en Burgos, dio la cena a la niña y después viajaron a Vitoria con intención de "quedarse sólo ese día".
A partir de ahí, Gabriela afirma que "no quiere recordar" e incluso señala que "ni la televisión" puede "ver porque a la mínima sale otra vez" por lo que pide que le dejen "tranquila".
De momento debe estar a disposición de la Policía y del juzgado de Vitoria que instruye el caso porque la investigación sigue abierta pero después de Semana Santa no descarta viajar a Brasil donde reside su familia materna.